Estaing – Piedra y agua en el Aveyron

El Aveyron es un departamento francés repleto de pueblos bonitos y encantadores. Castillos, pequeñas y grandes iglesias, paisajes espectaculares, y ríos que atraviesan la tierra de manera omnipresente. Estaing tiene todo eso, tiene piedra, tiene agua, tiene castillo, tiene iglesia pequeña y pequeñas callejuelas y Estaing es uno de los pueblos más bonitos de Francia.


Decidimos visitar Estaing después de haber pasado por Conques, uno de los lugares indispensables en cualquier ruta que hagas por la parte más al norte del Aveyron, en la extensa región de los Midi-Pyrénées – o Mediodía Pirineos.

Conques es indispensable, uno de los pueblos más espectaculares de Francia, y te lo contamos todo sobre él 🖱 aquí.

Por su parte, Estaing es un pueblo que en el año 2019, cuando nosotros lo visitamos, no es muy frecuentado por los turistas. De hecho, ni forma parte, por aquel entonces, de la red de los Pueblos más bonitos de Francia, pero a mí, y tras un trabajo ingente de investigación para conformar la ruta por esa zona de Francia, me parece que es lo suficientemente atractivo como para ser visitado. Además, nos va de paso – más o menos – a nuestro centro de operaciones, que es Rodez.

Estaing, estampa de cuento.

Desde Conques a Estaing no hay mucho trecho, aunque se hace un poco pesado porque ya sabéis, los paisajes y pueblos de Francia son muy bonitos pero las carreteras no tanto. Como os he ido explicando en los artículos publicados sobre este viaje, el hecho de hacer tantos kilómetros por carreteras casi todas ellas secundarias y teniendo que regresar a un lugar concreto a dormir cada noche convierte esta ruta en una cuestión un poco pesada, sobre todo en los últimos días de viaje, que son durante los que visitamos estos pequeños pueblos franceses.

Aún y así, visitar Estaing, a mi juicio, es indispensable en una ruta por el Aveyron. Se trata de un pueblo lo suficientemente atractivo como para que los kilómetros conducidos hasta él no te parezcan en vano, y la tranquilidad que ofrecen sus calles a finales de junio es todo un regalo. Aunque no todo es bonito, y es que por ser finales de junio, por no ser aún temporada alta en Francia, y por la estacionalidad en lo que a apertura de monumentos se refiere no nos permite poder visitar el castillo de los Estaing, el monumento más destacado y dominante de la localidad.

El castillo de los Estaing, despuntando por encima de todo lo demás.

El Castillo de los Estaing

Aunque no podemos visitarlo porque por aquellas fechas el castillo está cerrado, creo que es necesario hablar un poco de él para que os hagáis una idea de lo que es este monumento considerado Histórico desde el año 1945.

Este castillo data del siglo XI y durante ocho siglos fue la residencia de la familia Estaing. Como es lógico, la estructura del castillo se fue adaptando a las necesidades de cada época, por lo que no es un castillo puramente medieval, pero sí una mezcla de muchos estilos, yendo desde el románico hasta el renacentista.

A finales del XVIII el castillo es vendido por el Estado como bien nacional y en el 1836 pasa a ser la casa de la Congregación religiosa San José de Estaing. En el año 2000 la comuna de Estaing compra el castillo y a partir del 2005 comienzan los trabajos de restauración. Hoy en día es la mayor atracción turística de la localidad pero, como he dicho, no es la única.

El puente gótico

A mi juicio, el otro elemento destacado y característico del pueblo de Estaing junto a su imponente castillo es el puente gótico que descansa elegantemente sobre el curso del río Lot. Sin duda es otra de las estampas características del pueblo, y no solo de él. Muchos de los pueblos de la zona tienen puentes de igual estilo, aunque pocos ofrecen unas vistas tan maravillosas como este puente.

Desde él se tiene una perspectiva hermosa de todo el pueblo, pueblo que acaba en un montículo donde encontramos los elementos más destacados de la vida de cualquier localidad: castillo, iglesia y ayuntamiento. Desde el puente el pueblo parece de cuento – y efectivamente no solo lo parece: lo es.

El puente gótico de Estaing sobre el río Lot.

Este puente es Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO al formar parte del Camino de Santiago, y son múltiples los peregrinos que cada año salvan el río caminando por la superficie de piedra más que milenaria. en el centro del puente se puede observar la cruz en hierro forjado que es símbolo del Aveyron. Frente a la misma encontramos, además, una estatua que representa a François d’Estaing, obispo de Rodez.

El puente y sus inmediaciones son un buen lugar donde parar y descansar, e incluso comer. Sí, allí encontrarás algún espacio con sombra que te permitirá salvar el potente sol de finales de junio. Nosotros, de hecho, comemos allí mismo; sacamos nuestra tauleta, nuestro pique-nique preparado en el apartamento y nos disponemos a comer. Y luego nos tomamos un café comprado en el supermercado, y es que tomar café en Francia es casi un lujo.

La Iglesia de Saint-Fleuret

Os he dicho antes que en lo alto del pueblo se encuentran los tres pilares fundamentales de cualquier organización medieval: el poder religioso y el poder político. Y así es que junto al castillo de Estaing encontramos la pequeña pero preciosa iglesia gótica de Saint-Fleuret.

Esta pequeña pero coqueta iglesia data del siglo XV y guarda en su interior las reliquias de Saint-Fleuret. Esta iglesia, como tantas y tantas iglesias en Francia, tiene construcción gótico o románica y vidrieras contemporáneas, y es lo que sucede aquí. Aunque la construcción del edificio tuviese lugar entre los siglos XV y XVI, las vidrieras que tamizan la luz de una forma casi mágica son totalmente contemporáneas, y son de Claude Baillon, maestro vidriero que ha intervenido en distintas iglesias francesas.

Saint-Fleuret, el santo que da nombre a la iglesia, es el patrón de la localidad y cada primer domingo del mes de julio se realiza una procesión en la que los participantes van vestidos con ropajes característicos de la época medieval. La procesión es una mezcla de acto religioso y reconstrucción histórica, y es uno de las jornadas más esperadas por los vecino del lugar.

Un paseo por el pueblo

Como os he dicho antes, visto desde el puente el pueblo de Estaing parece de cuento, pero como he afirmado también, cuando caminas por sus calles el cuento se convierte en realidad. Sin duda, Estaing tiene un casco histórico indiscutiblemente bello, con casas señoriales que van desde el siglo XVI hasta el XVIII.

Las calles empinadas, empedradas y retorcidas, aunque pocas – y es que el pueblo es bastante pequeño – son lo suficientemente interesantes para que el paseo por Estaing sea un fin en sí mismo. No necesitas ir a ver el castillo, no necesitas visitar la iglesia; el mero hecho de caminar se convierte en un acto cautivador.

Lo bueno de Estaing, siendo lo bueno también de muchos pueblos franceses, es que está tremendamente bien cuidado. Las flores son omnipresentes, la vegetación también. Como ya vimos en algún que otro pueblo del Périgord, el uso de pesticidas es nulo, y los hierbajos y flores silvestres crecen libremente en todos los rincones de la localidad.

Además de la belleza de la piedra antigua, principal motivo por el que nos desplazamos hasta este pequeño pueblo francés, acaba sorprendiéndome la originalidad de algunas de las decoraciones que se reparten por el pueblo. Una especie de mobiliario urbano reciclado, de instalaciones artísticas de aspecto decadente, le dan un carácter transgresor a la localidad de Estaing.

La visita a Estaing no se alarga mucho más, es más, puedes visitarlo en media hora si no ten detienes a descansar a orillas del río, sacarte tu café de bote, coger un libro y ponerte a leer bajo la sombra de los árboles. Si no haces eso, y si tampoco visitas el castillo – ya os digo, nosotros lo encontramos cerrado – treinta minutos son suficientes para recorrerte todas las calles. Y aunque el paseo sea breve, y aunque solo hagas eso, pasear, seguro que te marchas de allí con un buen sabor de boca. Ah, y por favor, no te quedes solo a orillas del río y veas Estaing a lo lejos, haznos caso y sube sus calles empedradas, no te defraudará.

Más información

La fiesta medieval de Estaing

No puedo más que imaginar cómo debe ser asistir a una fiesta medieval en un pueblo como el de Estaing. Por desgracia para nosotros, ya que pasamos por allí a finales de junio, la celebración tiene lugar todos los meses de septiembre durante el segundo fin de semana. El pueblo de Estaing regresa al siglo XIII y trobadores, caballeros y demás personajes medievales campan a sus anchas por el pueblo. También tiene lugar un banquete y el desafío de Tristan, siendo el vencedor armado caballero.

Así, si te gustan este tipo de fiestas y coincide con tus fechas de viaje, plantéate pasar por Estaing durante esos días, seguro que debe ser una experiencia de lo más chula.

Horarios y precios

  • Iglesia: la igleisa de Estaing es de entrada gratuita y la encontrarás abierta la mayor parte del día.
  • Castillo: el castillo de Estaing tiene horarios de apertura estacionales. Creo que ahora son más amplios que en el año 2019, cuando nosotros pasamos por la localidad, ya que ahora este pueblo forma parte de los más bonitos de Francia, aunque por aquel entonces no estaba en la asociación. Así, ahora el castillo abre el 1 de mayo y se mantiene así durante toda la temporada estival. El precio de entrada al castillo es de 6€. Para asegurarte de que lo vas a encontrar abierto, te recomiendo que visites su página web, que te dejo 🖱 enlazada aquí (en francés).

Enlaces y páginas web de turismo

Puedes encontrar información sobre este pueblo en las distintas páginas web de turismo francesas. Para ir a lo concreto, yo te recomiendo la web del Aveyron donde encontrarás información en español, y también la web de la comuna de Estaing que, aunque esté en francés, puede servirte también de ayuda. También puedes encontrar algo de información en la web de los pueblos más bonitos de Francia.

Espero, con esto, haberte animado a visitar el pueblo de Estaing, un lugar que acabará convirtiéndose en imprescindible en cualquier ruta que se realice por el sur de Francia. Razones no le faltan.

Una filósofa y un politólogo que amana viajar y lo hacen a pesar de los pocos recursos que tienen. Viajar es más que un capricho, viajar es una necesidad y aquellos que somos pobres en un primer mundo de opulencias tenemos derecho también a realizar nuestros sueños viajeros. Porque los pobres también viajamos.
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