Jaca (segunda parte)

Sábado 3 de agosto de 2013.

Habiendo el día antes preparado maletas – pequeña, obviamente -, la comida para estos días – imprescindible si quieres viajar de forma barata (no nos importa tanto comer fuera de casa y probar los sabores de los lugares, a no ser que sean muy especiales. Dos razones son las principales: una, la económica y dos, que me encanta cocinar y lo hago en casa) -, cargado y actualizado el GPS y todo lo menester para una salida como ésta, cargamos el coche. Se viene con nosotros lo que denominamos tauleta, una mesa plegable con asientos incorporados que andaba por la casa de los padres de Juanjo desde la era del Pleistoceno. Se estaba llenando de polvo y nosotros le hemos dado de nuevo la vida a este objeto tan útil.

Éste sería el ejemplo de nuestra tauleta. Las hay parecidas por menos de 40 euros.
Lo dicho, una vez cargado el coche con lo necesario, salimos del pueblo sobre las 09.00h de la mañana. Arrancamos hasta Lleida, donde paramos en la explanada de la Seu para tomarnos un batido de chocolate y alguna que otra guarrindongada. No visitamos el lugar, porque no lo tenemos en el planning, además Lleida está relativamente cerca y es un lugar de paso para nosotros si vas hacia el norte. El claustro de la Seu ha de ser verdaderamente impresionantes, por lo que dejamos la visita apuntada en nuestra agenda para el futuro. De este modo, damos una vuelta por allí, admirando la belleza exterior de la construcción.
Hasta este punto hemos hecho 170 km y llevamos 2h 15′ de coche. Vamos por la C-12, que es en su mayoría buena carretera. Además, en Flix hay una gasolinera Guisona que tiene el gasóleo por los suelos. Lo sabremos al volver…
La próxima parada va a ser Alquézar, como ya quedó dicho de antemano. Perdonadme si no pongo ninguna foto del lugar, pero tenía la pantalla de la cámara rota y era muy incomodo realizar instantáneas. Sólo la saque unas pocas veces. De todos modos, os pongo alguna foto sacada de internet:
(son páginas públicas, por lo que no aparece la autoría de las imágenes)
Alquézar es una de esas villas que desprende historia por los cuatro costados. Su nombre viene del árabe al-Qsar, que significa fortaleza. Más tarde reconquistada por Sancho Ramírez pasa a ser fortaleza cristiana. La Reconquista va apartándose del lugar, por lo que estratégicamente pierde importancia, pero la ganara como lugar religioso. Hasta nuestros días ha llegado su carácter medieval conservado de una forma espléndida. 
Y ese esplendor debe ser real, y no sólo palabras, ya que antes de llegar al lugar – por una carretera que a veces se convierte en algo bastante retorcido – nos encontramos con bastante transito, destacando autocaravanas con matrícula francesa. Llegamos al pueblo y tenemos dificultades para dejar el coche, aunque hay un aparcamiento enorme en la entrada del pueblo. Imposible aparcar dentro, ya que todos los aparcamientos están saturadísimos. Nos resignamos a aparcar fuera y decidimos montar la tauleta a la sombra de un pequeño árbol para comer. No somos los únicos que hacemos algo similar, aunque la mayoría vayan en autocaravana. Después de comer, decidimos visitar tranquilamente el pueblo. 
Hay muchísima gente debido a la hermosura del lugar, y también por la proximidad a sitos donde se practican deportes de aventura. También el río y la posibilidad de bañarse en él hace que la gente se pasen por allí. Hace un calor tremendo, y es un factor que va en contra nuestra ya que el pueblo tiene bastantes cuestas y escaleras. Por cuestiones de horario, no podemos visitar ninguno de los lugares indicados en la página web de turismo, así que nos resignamos a callejear la villa que, por otra parte, no es mal plan. Cuando creemos haberlo visto todo, nos tomamos un café y emprendemos de nuevo el camino hasta nuestra próxima parada.
Esta etapa del viaje han sido 89 km y 1 h más o menos.
El próximo alto en el camino va a ser el castillo de Loarre. Esta visita hacía mucho tiempo que la teníamos en mente, ya que somos grandes amantes de todo aquello relacionado con la época medieval, y este castillo es una de las fortalezas románicas mejor conservadas que existen. Cuando vemos que nos encaja en la ruta que vamos a hacer, no nos lo pensamos ni un momento y decidimos ir hasta él. Ha sido una gran decisión.
La carretera tortuosa y empinada hasta el lugar es un precio nada caro que se debe pagar para poder disfrutar de tamaña maravilla. La fortaleza es impresionante, sólo verla a lo lejos deja sin aliento. Su estado de conservación es una maravilla.
El castillo es construido en el s. XI bajo el mandato de Sancho III para ser ampliado más tarde por Sancho Ramírez. Su conjunto amurallado es del s. XIII. Como sucede en el caso de Alquézar, a medida que este lugar pierde interés estratégico empieza su decadencia, y es en el s. XV cuando los habitantes se dirigen finalmente a lo que se conoce hoy como la población de Loarre. 
 
La visita al castillo son 3,3 €, en nuestro caso, y con carné de estudiante. Para visitarlo tranquilamente necesitas más de una hora, por lo que id con tiempo. Además, sus impresionantes vistas dejan a uno boquiabierto, por lo que se va alargando más la visita.
Decir que la fortaleza es la que aparece en la película El reino de los cielos, que está ambientada en Francia pero grabada en Aragón.
Sobre las 17.00h nos subimos de nuevo al coche y ponemos rumbo a Jaca. Hasta ella pasaremos por los Mallos de Riglo, erosión de antiguas morrenas glaciares de gran belleza.
foto sacada de escapadas ibéricas
Esta etapa han sido 80 km con una duración total de 1h 15′.
Finalmente llegamos a Jaca, pero no sin antes tener una pequeña discusión por la posible visita del Monasterio de San Juan de la Peña. Finalmente, decidimos dejarlo para otro día.

Llegamos a Jaca y buscamos el hotel. El GPS nos lleva hasta él sin problemas, con la suerte que encontramos aparcamiento a escasos metros. Este hotel tiene una pequeña peculiaridad, y es que forma parte de otro, por lo que tenemos que desplazarnos hasta allí para ir a la recepción y coger la llave, además de reservar la cena – no vamos a comer en Jaca al día siguiente – y saber cuáles son los horarios de desayuno. Llevamos las maletas hasta la habitación, muy correcta y bien situada. Lo de la situación no es algo complicado, ya que Jaca no es una ciudad demasiado grande.
El aparcamiento es lo que hay justamente en la parte inferior izquierda de la imagen.
foto de www.jaca.com
Nuestra impresión nada más llegar a la ciudad es buenísima. Vemos los Pirineos al fondo, hay un precioso cielo azul y se respira pureza. Además, los tejados de pizarra le dan un aire fantástico. No lo dudamos y vamos rápidamente a recorrer la ciudad con muchas ganas. Antes de llegar a la catedral nos encontramos con conciertos de folklore aragonés y un montón de gente por las calles. El ambiente es increíble. Sin dudarlo, nos metemos en la Catedral de San Pedro de estilo románico (s. XI). Es una construcción austera, pero elegante, y preciosa. La verdad es que nos quedamos maravillados con ella, nos encanta, es una pasada. Que no os engañe su exterior, debéis visitarla y disfrutar de su humilde grandeza. 
Una vez visitado el monumento, emocionados, nos paramos un momento y decidimos qué hacer. Vemos el ambiente que hay, la calles principales están llenas de gente y de música. Nos enteramos que hay conciertos en diferentes plazuelas de la ciudad por lo que decidimos dar una vuelta, tomar unas cañas y unas tapas, e ir a cenar para no perdernos la animación de la noche. 
El comedor se encuentra en el mismo edificio que la recepción, entre la ciudadela y el centro de la ciudad, la lado mismo de la catedral, de modo que no perdemos nada de tiempo en ir a cenar. Las vistas sobre la ciudadela son espectaculares, y la comida es más que pasable.
Siento no poderos decir quiénes tocaban en esos momentos, pero deciros que hacían una música verdaderamente buena, y creaban un gran ambiente. Una de las cosas que más nos gustó de la ciudad de Jaca y del Festival es el ambiente: grandes, pequeños, de aquí, de allí… todos bailando y cantando, compartiendo alegrías. Una fiesta sanísima que raramente se ve por nuestro terreno. Sobre las 23.00 h nos dirigimos a otro lugar de la ciudad para ver otro concierto, pero estamos cansados y decidimos irnos a dormir.
Esta etapa han sido 75 km en más o menos 1h 20′.

Etapas de este viaje:

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