El litoral asturiano está plagado – P L A G A D O – de pueblos bonitos, pueblos marineros, con carácter, curtidos en mil batallas marítimas, recogidos sobre el mar. Esta semana os llevamos de ruta por tres pueblos al oriente de Asturias.
Cuando me puse a configurar esta ruta tuve grandes quebraderos de cabeza. Los pueblos que íbamos a visitar debían tener unas características marcadas, y es que la ruta era un regalo para JJ, así que debía encontrar aquéllos espacios que más se acercasen a lo que a él le gusta. Así, en la ardua tarea que siempre supone montar un viaje, tuve que empaparme de todos los pueblos de mar que fuesen lo más atractivos posible para nosotros – y sobre todo para él. Cabe decir aquí que JJ no es un gran amante de los pueblos marineros, eso me va más a mí, pero creí conveniente llevarlo hasta allí porque a veces nuestros gustos nos ciegan y no nos dejan probar cosas nuevas. La aventura empezó ya en Cudillero, y después de aventurarnos hasta Cabo de Peñas y haber pernoctado en Gijón tocaba ahora acercarnos ya a casa, no antes sin disfrutar de los pueblos de mar en Asturias.
Lee más sobre Cudillero, el pueblo estrella del litoral asturiano, en 🖱 este post.
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Cómo configurar la ruta
Cuando me puse sobre mapa y empecé a contar quilómetros me di cuenta que era imposible llegar a todos los sitios que valía la pena ver. Como me sucedió con la visita a la montaña asturiana – finalmente fue Somiedo – no sabía si estaba eligiendo bien o no, y aquello me agobiaba bastante. Como he dicho antes no se trataba de una elección personal, estaba eligiendo para otra persona sin que ésta supiese que lo estaba haciendo, y eso siempre supone una presión extra. Pero tenía que construir el itinerario que cumpliese estos factores: que fuese lo más lineal posible, que tuviese pueblos bonitos lo más pequeños posible, y que no tuviesen demasiado carácter industrial.
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Nuestro punto de partida, en este caso, iba a ser Gijón, y desde esta ciudad teníamos que ir acercándonos poco a poco hasta el Levante. Así, me puse en Google Maps – como siempre hago – y comencé a mirar. Había nombres que me sonaban: Ribadesella, Llanes, Cangas de Onís, Villaviciosa… ¿pero era eso lo que estaba buscando? No podía meterme muy hacia el interior porque después teníamos que volver a salir, ahora íbamos hasta Oña, en Burgos, y la ruta más cómoda era por carretera de costa hasta llegar a Cantabria. ¿Qué narices iba a hacer? Tuve que centrarme; Marina, piensa: pueblos pequeños, no muy industriales, que el mar sea mar pero no playa. Ribadesella se caía de la lista, Cangas de Onís se quedaba muy adentro, Villaviciosa no me llamaba mucho la atención. Entonces vi el nombre de Tazones, después apareció, pegado al mar, Llastres y Llanes… Llanes nunca fue descartado. Una búsqueda rápida de imágenes, distancias y casi estaba convencida. Por fin tenía ruta.
Primera Parada: Tazones
Tazones, pueblo pesquero asturiano y uno de los más bonitos de España, es otro de esos pequeños lugares que debes visitar en Asturias. Villa histórica por ser allí donde desembarcó Carlos V y de gran valor paisajístico y natural, un paseo por Tazones es algo que vas a disfrutar.
Dicen que Carlos V quedo prendando de Tazones cuando, en septiembre de 1517, desembarcó por primera vez en la Península Ibérica en su viaje desde Flandes. Ese hecho, el que Carlos V pisase por primera vez tierra española en Tazones, se recrea todos los años en la localidad – cada mes de agosto – y la fiesta ha sido declarada de Interés Turístico.
Lo que debió pensar el joven Carlos en aquella época no lo sé a ciencia cierta, lo que si sé es lo que pensé yo: vaya maravilla de lugar. Tazones, como tantos y tantos pueblos de Asturias, está atrapado entre el mar y la montaña. El verde se introduce, literalmente, en el plata del agua. La ría se convierte casi en fiordo y el pueblo, como también sucedía con Cudillero, parece deslizarse lentamente hasta el mar.
En Tazones hay diversos puntos de interés, algunos en el mismo pueblo, como sería su barrio marinero en el que además de casas típicas encontramos una vivienda bastante particular: la Casa de las Conchas. Pero no solo en el pueblo, sino también en su costa, lugar en el que cuando la marea baja se asoman a la superficie huellas de dinosaurio. Incluso debes acercarte hasta su faro, uno de los mejor conservados de Asturias – lugar al que nosotros no tuvimos tiempo de ir.
Lo que más sorprende de Tazones – lo que, al menos, nos sorprendió más a nosotros – es el verde de la vegetación frondosa, casi selvática, que arropa a las casas blancas con puertas y ventanas pintadas de bellos colores. Esa vegetación acaba por zambullirse en el agua y el contraste de colores y elementos le da un carácter que no sabría definir bien: no sabes si estás en el mar o en la montaña, si lo que te rodea es un bosque o una especie de selva primitiva. Sea una cosa u otra, Tazones abruma por su belleza de naturaleza salvaje que se deja querer por el ser humano.
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Encuentra más información sobre Tazones haciendo click en los siguientes enlaces:
– Tazones en Turismo de Asturias
– Tazones en El Paisano (RTVE)
– Tazones en Turismo de Villaviciosa
– en Los Pueblos más bonitos de España
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Segunda Parada: Llastres
Llastres es ya algo más conocido que Tazones. Este pueblo, perteneciente al municipio de Colunga, forma también parte de la red de Los Pueblos Más Bonitos de España y tiene algo de eso que también tiene Tazones, pero un poco más agreste. Como en cualquiera de los pueblos que vayamos a visitar en Asturias – y en este caso -, vamos a encontrarnos con pueblos escarpados, de cuestas empinadísimas, calles estrechas, sinuosas, empedradas y retorcidas. Como en el caso de Tazones, el pueblo se desliza por la ladera y se mete casi en el mar, hasta llegar a un pequeño puerto resguardado entre la montaña. Las gentes tuvieron que ir a vivir ahí, donde el mar les dejaba atracar sus barcas y así podían ganarse la vida con la actividad pesquera. No es para nada fácil construir un puerto en un territorio como el asturiano: la costa es agreste, conformada en gran parte por acantilados salvajes, donde el mar rompe sus olas de forma violenta. Con estos factores a tener en cuenta, ¿dónde iban las pobres gentes a construir sus hogares? Pues en aquellos lugares donde la propia montaña era también protectora, y así fue como nació, entre otros tantos, el pueblo de Llastres.
El puerto de Llastres no es un puerto más, ya que durante mucho tiempo fue el puerto más importante de Asturias, hasta alcanzar su punto más álgido en los años 60. En la actualidad el puerto es también un sitio importante, pero por ser más lugar de reunión y formar parte de ese legado que los antepasados han dejado al casi millar de habitantes que tiene la localidad.
Además de su puerto, Llastres tiene otros elementos importantes, como nueve palacios blasonados, casonas de piedra, iglesias y barrios de pescadores que datan de los siglos XVI al XVIII. Es por ello que pasear por Llastres – a pesar de las cuestas – es una delicia, y no solo por ello, sino también por lo bien que cuidado que está el pueblo.
Debes saber también que entre Colunga y Llastres se encuentra el Museo del Jurásico de Asturias (link aquí), una superficie de 2000 metros cuadrados que recorre la época del Mesozoico poniendo especial atención a los habitantes de la Tierra en ese momento: los dinosaurios. Si viajáis con niños ya sabéis dónde podéis ir 😉 ¡Ah! Y deciros también que en Llastres es donde se rodó la serie Doctor Mateo.
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Puedes encontrar más información sobre Llastres en los siguientes enlaces:
– en Los Pueblos Más Bonitos de España
– en la Página de Turismo de Colunga
– en Turismo de Asturias
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Tercera Parada: Llanes
Llanes, monumental y marinera – así se conoce – es el tercer y último pueblo que vamos a visitar en esta ruta – y también en nuestro viaje a Asturias. Aquí diremos adiós al Principado, que esperamos sea un hasta luego, porque volver queremos.
Llanes tiene mucho para ver; desde sus casas de indianos, pasando por los famosos Cubos de la Memoria o su Casco Histórico declarado Conjunto Histórico-Artístico.
Pese a ser Villa Marinera, Llanes guarda todavía una parte de su historia medieval en forma de murallas, torreones y viejas casonas. Para ver estos lugares tienes que apartarte del puerto y meterte en su parte más antigua que conserva ese carácter de antaño que ha sobrevivido pese a los incendios de la Edad Media y a la falta de conciencia sobre la importancia de mantener el patrimonio. Y como digo, a pesar de eso todavía podemos disfrutar de parte del lienzo de la muralla que data del s. XIII y que tenía una longitud total de 840 metros. Además de la muralla, alguna que otra puerta como la del Llegar que nos permitía acceder a la localidad o un torreón de defensa, también del s. XIII, que en la actualidad alberga la oficina de turismo.
Junto a estos elementos de marcado carácter medieval encontramos una de las plazas más bonitas de la localidad, la Plaza de Santa Ana, donde encontramos el Palacio de Gastañaga – uno de tantos palacios que hay en la localidad – así como la Casa de la Ballena, espacio en el que se despiezaban y se subastaban las ballenas que habían pescado los marineros de la localidad.
Si de palacios queremos hablar, debemos tener en cuenta también el de Posada Herrera, el de los Duques de Estrada o la Casa del Cercau, conjunto palaciego cerrado en parte por la muralla.
Si te interesa la parte medieval de Llanes puedes encontrar más información haciendo 🖱 click aquí.
Además de esto que te hemos enseñado, en Llanes también debes ver – cómo no – la parte del puerto. Su lema reza lo siguiente: Monumental y Marinera. Y sí, es ambas cosas: es monumental por su casco histórico, pero también por sus construcciones más modernas que viven entre esta parte antigua, más metida dentro de la tierra, y la parte marítima. Marinera lo es por derecho propio, y también por necesidad, y es que en la costa asturiana hay que ser eso o difícilmente se es.
Y cuando llegas al mar te encuentras, otra vez, el verde de la montaña fusionado con el plata del Cantábrico:
Ahí, una vez en el mar, debes detenerte para admirar los Cubos de la Memoria, obra del artista vasco Agustín Ibarrola, que decidió pintar algunos cubos de los que conforman la protección del puerto de la villa. Su intención es crear un contraste entre el mar y el colorido de los cubos, aunque en la actualidad estos hayan perdido parte de su brillo por el implacable paso del tiempo. Algunos dicen que deberían volverse a pintar pero yo me pregunto: ¿y si es que en la intención del artista está que su obra vaya perdiendo frescura?
Llanes da para mucho más que para una visita de medio día, y es que sus playas son maravillosas, y allí se encuentran uno de los fenómenos naturales más impresionantes de toda Asturias: los bufones. Nosotros no tuvimos tiempo de visitarlos, pero os recomendamos que lo apuntéis si pasáis por esta localidad, nosotros ya lo tenemos marcado en el mapa para nuestra próxima visita.
¿No sabes qué son los bufones? Pues 🖱 pincha aquí y aprende un poco más sobre ellos.
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Encuentra más información sobre Llanes:
– en Turismo de Llanes
– en Turismo de Asturias
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Y hasta aquí nuestro viaje a Asturias. Llanes será el último pueblo que visitemos en esta tierra tan fantástica. Debemos dejar ahora el Norte para regresar a nuestra casa, allá por el Levante, no sin antes detenernos en el centro. Pero esa ya es otra historia.
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¡Gracias!
Buen resumen de vuestra visita por Asturias! me ha gustado viajar con vosotros por la tierrina. Espero que volváis pronto para seguir haciendo reportajes tan chulos 🙂 Como Asturiana me gusta hacer turismo por la zona y Tazones, Lastres, Cudillero, Llanes… son paradas obligatorias, pero hay muchas más! ¿Y qué os ha parecido la gastronomía asturiana? saludos!
Como digo en el artículo en el que resumo toda la ruta, el tiempo no es finito y esto fue lo que tuvimos tiempo de ver, pero sé que hay mucho más 😊
La gastronomía… ¡brutal!
Gracias por comentar 😀