En lo más profundo de Catalunya, en una tierra salpicada por pequeños pueblos – algunos de ellos todavía guardan su aspecto medieval -, algún que otro castillo y extensos campos de cultivo encontramos los ejemplos más espectaculares de la arquitectura cistercense en toda la Península Ibérica. Estamos hablando de los Monasterios de Poblet, Vallbona de les Monges y Santes Creus. Sea bienvenido todo el mundo a la Ruta del Cister.