Cuando tienes una cierta obsesión con algunos destinos parece que jamás va a llegar el momento de visitarlos. Ya se sabe, quien espera desespera, y parece que el tiempo no avance ni tampoco que llegue la oportunidad; pero como bien dijo Einstein, el tiempo es relativo y esa relatividad subjetiva y, al final, la hora acaba llegando. Esa hora nos vino a nosotros en forma de un fin de semana en Guadalajara y pudimos visitar un par de nuestras obsesiones viajeras: Sigüenza y Medinaceli.