Bellestar | Un secreto bellísimo en la Tinença de Benifassà

No es la primera vez que afirmo esto: la Tinença de Benifassà es una de las zonas más bonitas de toda la provincia de Castelló. Allí la naturaleza y los pueblos, pequeños todos ellos, se conjugan de un modo tan perfecto que es imposible no querer allí al menos una vez al año. De entre esos lugares que hay el Bellestar es un sitio que no hay que pasar por alto. Os lo cuento aquí.


Como acabo de decir, la Tinença de Benifassà es, para mí, es de lo más bonito de toda la provincia de Castelló. Siendo esta algo menos conocida en su zona interior, absorbiendo casi todo el turismo la zona de costa, con playas de indudable calidad, ir de la vía hacia adentro – algo que decimos mucho por aquí – te ofrece enormes sorpresas.

No lo digo porque yo sea de Castelló. Bueno, del norte de Castelló, de lo más al norte, de lo que se conoce como Baix Maestrat. No es por ello por lo que digo esto, y es que hay muchas cosas que no me gustan, pero hay otras que sí, y entre esas cosas que me gustan de Castelló, en demasía, casi obsesivamente, es la Tinença de Benifassà.

No es la primera vez que me dedico a hablar de esto. Uno de los primeros artículos que escribí en el blog, hace ya unos cuantos años, más de un lustro atrás, lo centré en la Tinença, siendo protagonista una ruta senderista que nos llevó a uno de los sitios más bonitos de todo el parque natural, pero también exigentes: el Salt de Robert. Después os mostré la Pobla de Benifassà, un pueblo que sorprende y tiene rincones verdaderamente bellos – además del Jardí de Peter – y que para relajarse es maravilloso.

Y si hablo de la Pobla de Benifassà tengo que hablar del Bellestar, aquel lugar que se queda a mano izquierda cuando transitas por la carretera subiendo desde el pantano, el de la Sénia o el de Ulldecona, pero que no pertenece a Tarragona sino a Castelló – te lo cuento, esto, en el artículo dedicado a la Pobla.

Ese lugar, que a veces se obvia en las rutas por no conocerse demasiado, es una suerte de bombón crocante, por su color, por sus pequeñas dimensiones y por su maravillosa composición. Para mí, el Bellestar es de esos sitios que de tan minúsculos son enormes.

El Bellestar. Situación, historia y bondades del lugar.

El Bellestar (también Ballestar por su castellanización) se encuentra en la Tinença de Benifassà, en el término municipal de la Pobla de Benifassà. La Tinença de Benifassà es una comarca histórica que se encuentra en la actualidad integrada en el Baix Maestrat, en lo más al norte de la provincia de Castelló.

Para llegar a este pueblo tienes que pasar por Tarragona, por la provincia, por la Sénia. De allí te adentras en la Tinença y empiezas a conducir por una zona donde la naturaleza lo absorbe todo. Llegas al pantano, ese lugar que es tan recurrente en las escapadas de las gentes que somos de aquí, del territorio del Sénia, independientemente de la comarca, provincia o comunidad autónoma en la que nos encontremos. Una vez llegas al pantano, después de curva aquí, curva allá, se estrecha la calzada y tienes unos kilómetros de conducción entre cortados de montaña y mucho pino negro, lo más abundante por aquí.

El pantano.

En un punto puedes ir hasta el Monasterio de Santa Maria de Benifassà, girando a la derecha muy bruscamente y como si quisieses llegar a Fredes. El monasterio está cerrado todos los días de la semana excepto unas pocas horas los jueves y solo puedes visitar la iglesia. Todavía, y a mis casi 37 años de vida, no he conseguido visitar este lugar.

Debes dejar el monasterio atrás, aunque parece ser que es debido al Monasterio de Santa Maria de Benifassà que existe la población del Bellestar. Este monasterio data de principios del siglo XIII, y fue consecuencia de una donación de Pere II (Pedro el Católico). Jaume I (o Jaime I) confirmó la donación y fue entonces cuando se fundó el monasterio. Perteneciendo a la orden monástica del Cister, cuentan las crónicas que las gentes que allí trabajaban se establecieron en lo que hoy conocemos como el Bellestar (entre otras).

Seguimos en el siglo XIII, un poco más avanzado ya en el tiempo y hoy en día no podemos decir que sea exactamente igual que hace tantos siglos, pero sí sus calles, sus construcciones y su situación aislada nos recuerda a tiempos pasados. Podríamos decir que el Bellestar es un conjunto medieval muy bien conservado.

El Bellestar son unas pocas calles, una plazuela pequeña, recoleta, estrecha, en la que domina la Iglesia Parroquial de San Salvador. Un relojes de sol, la antigua prisión y una calma tranquilizadora. Apenas se escuchan a gentes hablar, y es que apenas las hay.

El núcleo urbano es impresionante, pero mucho más lo es su entorno natural, lleno de rutas senderistas que te llevan a lugares insospechados, como Els Estrets (o los estrechos). Y si de entorno hablamos tenemos que fijarnos en lo que la imagen del pueblo añade al paisaje. De todas las estampas que puedas encontrar en la Tinença, la del Bellestar al a lejanía es una de las más bonitas. Situado sobre una colina, a 710 metros de altitud, las pardas construcciones de piedra, con el campanario dominando todo, conforman una imagen estupenda.

El entorno en la Tinença de Benifassà desde el Bellestar.
El entorno en la Tinença de Benifassà desde el Bellestar.

El Bellestar (su toponimia podría darnos muchas pistas) es un lugar que invita a quedarse, a estar bien, a un bien platónico, a lo bello socrático. Nada necesita el Bellestar más allá de su propia existencia para no ser solo un lugar de paso. No es que sea necesario saber qué ver en el Bellestar, hay que ver el Bellestar, estar en él, sin más.

Más información

La Tienença de Benifassà es parque natural desde el año 2006. A los pies de los puertos de Beceite, se encuentra entre tres provincias: Castelló, Tarragona y Teruel. Su situación es privilegiada, y ese privilegio es suerte y desgracia. Acceder a la Tinença de Benifassà es complicado por la orografía, que dificulta las comunicaciones. Eso, a mi juicio, es lo que ha permitido que se conserve todo como está hoy en día, y es lo que le da ese carácter tan atractivo.

El ir a la Tinença – como he dicho tantas otras veces – es un viaje en sí mismo, necesita de unas cuantas jornadas para disfrutar de todo lo que ofrece. Es una opción magnífica si te gusta la naturaleza y también te apasiona el medio rural. En nuestro caso, y por la situación de vecindad, vamos cuando nos apetece y volvemos a casa, que se encuentra cerca en distancia pero un poco lejos en trayecto.

Tu caso podría ser el de querer verlo todo de una tacada, y creo que eso no es posible. Lo que quiero decir es que para visitar el Bellestar y todo el entorno de la Tinença de Benifassà necesitarás unos 3 o 4 días como mínimo. Piensa que los pueblos son pequeños, pero los trayectos se alargan y si vas a hacer turismo de naturaleza hay rutas verdaderamente exigentes.

Te recomiendo que eches un vistazo a la página web del parque natural, también al blog, donde hay algunas entradas que hablan de la Tinença de Benifassà. Como siempre digo, hay mucha provincia de Castellón más allá de la playa. Te animo a que la descubras en su cara más oculta y fascinante.

Una filósofa y un politólogo que amana viajar y lo hacen a pesar de los pocos recursos que tienen. Viajar es más que un capricho, viajar es una necesidad y aquellos que somos pobres en un primer mundo de opulencias tenemos derecho también a realizar nuestros sueños viajeros. Porque los pobres también viajamos.
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2 pensamientos en “Bellestar | Un secreto bellísimo en la Tinença de Benifassà

  1. No es el pantano de La Sénia.Se le llama de Ulldecona o magraner y si, como bien dices está ubicado al termino de La Pobla de Benifasà ( Castelló).C.VALENCIANA.El riu es el Sénia ,no de la sénia.

    1. Uy, doncs al meu poble li hem dit indistintament tota la vida «lo pantano la Sénia» o «lo pantano’Ulldecona». La Sénia és la població, no el riu. Passes per la Sénia (jo passo per allí, vinga) per anar a la Tinença.

      De magraner no ho he anomenat mai de la meua vida, la veritat, no ho havia sentit mai (i això que soc d’aquí del costadet).

      Gràcies per comentar.

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