Consejos para viajar a Suiza con poco presupuesto.

Una reflexión en caliente

Suiza, un país que se nos representa como una especie de isla económica donde la gente vive holgadamente, toda ella. Tal vez, sí, hay gente en Suiza, mucha, más que en otros lugares, que tiene mucho, pero también hay gente que tiene poco, o que no tiene nada.

Cuando te adentras en Suiza todo te parece perfectísimo; las montañas, los campos, hasta los animales parecen perfectos. Coches limpísimos – y carísimos -, un volumen bajísimo al hablar. Casi no se escucha nada, el silencio suizo es atronador. Pero entonces te das cuenta que un domingo cualquiera la gente del campo también trabaja, que hay gentes que conducen su tractor de época, todo bien limpio, brillante, repintado, y otros que van con el tractor que es su herramienta de trabajo y a 30ºC a la sombra les toca ir a trabajar, porque hay trabajos que nunca descansan, hay gentes que no pueden dedicarse a pasear su máquina por las carreteras de los puertos de montaña.

Zúrich.

En Suiza, posiblemente, el contraste entre ricos y pobres sea mayor que en otros lugares. Los ricos son muy ricos, de eso no hay duda. La cantidad de coches caros que te encuentras por la carretera es ingente, casi indecente. Ferraris, Lamborginis, Bemeuves y también Teslas invaden las carreteras principales, pero también secundarais, a las que van a quemar gasolina y ya esta. En la ciudad mas de lo mismo, pero en ella aparece esa diversidad que solo se percibe en las ciudades. El desequilibrio social, en las grandes urbes, se percibe mucho mejor que en los lugares pequeños donde ricos y pobres puede que vivan en un mismo espacio, pero la diferencia no es tan evidente – y los pobres, en los lugares pequeños, nunca son tan pobres.

En la gran ciudad – pongamos, por ejemplo, una Zurich -, hay quien toma chuletones de 60 euros los 100 gramos mientras otras personas tienen que asearse de mala manera en el baño porque no tienen donde ir. Están los músicos callejeros, que se las arreglan como pueden para ganarse algunos francos suizos, arrancando algún aplauso entre aquellas personas que les prestan algo más que una atención momentánea. En ciudades como la mencionada – que serviría solo de ejemplo – los coches de alta gama llevan pegada la viñeta que les permite transitar por las vías rápidas, mientras que los coches más viejos, de gamas más humildes, mucho menos caros, toman las vías lentas, las de color azul, las carreteras de los pobres.

En ciudades como la antes mencionada existen también los suburbios, a los que llegas después de un buen trecho en transporte público, bicicleta, andando o vehículo propio. En las afueras más afueras, en el punto en el que el lago no se divisa, las viviendas como colmenas se distribuyen aquí y allí en un caos ordenado. Puertas y ventanas todas iguales a las que se les intenta dar algún toque de color con una banderita, un póster o una tela brillante intentando, así, hacer de aquel lugar algo menos deprimente.

En los lugares donde viven ricos viven también pobres, y los pobres de otros lugares que van allí lo son más: no tienen para una botella de agua, o comprenden que es indecente pagar tanto por un bien tan básico. Tampoco tienes para comida rápida callejera, o comprendes que tú no estás para pagar eso. Los que no son tan pobres y vienen de otros lugares tal vez allí empiecen a sentírselo, y tal vez se den cuenta que eso de la pobreza no es un algo absoluto sino una cuestión relativa; en tu país, pongamos por caso España, tal vez puedas permitirte ir a cenar fuera de casa tantas veces como quieras, pero cuando llegas a Suiza eso te es imposible. El que es rico – y eso ya no es tan relativo – podrá salir a cenar cuando se encuentre en Madrid, en Zurich o en Tumbuctú.

Cuando se viaja a Suiza el común de los mortales se da cuenta que lo es, y que su situación de confort se encuentra solo en un pequeño radio que abarca la sociedad en la que se desarrolla, la más próxima, su comunidad de relación que es la que le permite desarrollarse como persona en un espacio y un tiempo determinados. Cuando el común de los mortales llega a Zurich y quiere tomarse una cerveza en un bar y le cuesta un ojo de la cara, ese común de los mortales toma conciencia de que lo es. El que está por encima, el que es y se sabe élite, no tiene problema por tomarse una cerveza, o pagarse quince botellas del mejor champagne que haya.

Cuando se viaja a Suiza la división entre clases se hace más patente, esa división que creemos extinta pero que en realidad solo ha sido camuflada. Tal vez todo el mundo tendría que viajar a Suiza para ser consciente de ello. Quién sabe, puede que este viaje sea terapéutico para aquellas personas que están dispuestas a no querer ser lo que no son.

Esto lo escribo mientras viajo, en caliente. Son las impresiones más inmediatas que me producen el país. Mantengo, días después, esas impresiones, y además valido mis teorías después de tener alguna conversación con gentes del lugar.

Viajar a Suiza es muy caro, y es muy caro porque el país es extremadamente caro. Es caro para quien lo visita, y lo es también para quien allí vive y no tiene sueldos estratosféricos. Con sueldos estratosféricos me refiero a sueldos que vayan más allá de los 3.000€ al mes, cantidad que en Suiza no te da para vivir. No te da para vivir porque, como digo, la comida es cara, salir a cenar o comer fuera es muy caro, los servicios son muy caros. Los aparcamientos en las ciudades son carísimos – ¿3 francos la hora? Pero qué barbaridad -, pero es que más allá de lo no esencial – comer fuera no es esencial – tienes también unos gastos que a veces no puedes pagar – véase la sanidad. Suiza, sí, es caro para quien lo visita, pero es caro también para el común de los mortales.

Datos prácticos

Conducir por Suiza sin viñeta

Así, cuando preparas tu viaje a Suiza empiezas a ver la cantidad de cosas que debes tener en cuenta si no quieres quedarte en la ruina. Primero, el tema de la viñeta para conducir por las carreteras de Suiza. Bueno, esto es algo que te puedes saltar. Y no, no es necesaria la viñeta para conducir por Suiza, lo es para conducir por las autopistas, pero los suizos tienen también carreteras que no son de pago – como en todos los lugares. Nosotros es lo que hicimos, cruzar Suiza por carretera sin usar la viñeta, y lo hicimos sirviéndonos de un GPS del 2012 y algo de intuición. Al final para poder transitar por Suiza sin la viñeta lo que tienes que hacer es estar atenta a las señales por si el aparato electrónico se despista y te mete por una vía rápida. En resumen, para viajar por Suiza sin viñeta lo que debes hacer es saltarte todas las señales verdes de la carretera. Porque sí, en Suiza van al revés y las indicaciones de color verde son las que marcan las vías en las que se paga.

Carreteras de montaña sin viñeta.

Repostar fuera de Suiza, algo primordial

Si vas a viajar a Suiza en coche – o cualquier otro vehículo a motor – te recomiendo que llenes el deposito de gasolina antes de entrar en el país. Sí, y es que por menos de 2,40€ (a mes de junio de 2022) no vas a encontrar combustible – y eso fuera de las autopistas. En Suiza no funcionan las aplicaciones que te muestran dónde están las gasolineras más baratas (tampoco en Austria) así que si tienes una urgencia y ves combustible algo más barato, reposta allí. Pero esto te lo recomiendo solo si tienes una urgencia, mi consejo es que repostes combustible en Francia o Alemania, donde podrás encontrarlo a, como mínimo, 40cts de euro más barato.

Y sí, aquí te das cuenta que viajar a Suiza con poco presupuesto puede convertirse en una tarea muy estresante. Lo es porque tienes que tenerlo todo muy calculado, como por ejemplo cuándo vas a necesitar combustible, qué gasto vas a hacer, y dónde te tocará repostar. Si te quedas sin combustible en medio de los Alpes no te tocará más que repostar allí, por lo que es mejor si estás cerca de la frontera de cualquiera de los países que rodean a Suiza salgas unos kilómetros, pongas combustible y vuelvas a entrar.

En nuestro caso no necesitamos salir de Suiza para repostar ya que solo estuvimos cinco días allí por lo que tuvimos suficiente con el combustible que repostamos en Alemania – que rozaba los 2€ el litro. Volvimos a repostar de nuevo al salir de Francia, aunque no inmediatamente ya que el gasóleo cerca de Suiza era muy caro.

Internet en Suiza, qué locura

Suiza, como que no está en la Unión Europea ni en el Espacio Económico Europeo – no sé por qué será… -, no tiene roaming gratuito. Por lo tanto, si no quitas los datos de tu teléfono móvil la gracieta de internet te saldrá por 6€ el mega, una barbaridad que ni en Andorra. Así, o estás todo el viaje sin internet – que es lo que nosotros hicimos – o te compras una tarjeta con datos o lo que sea para poder conectarte.

Además casi todas las conexiones wifi gratuitas necesitan de un código que te mandan vía sms a tu móvil – sin coste alguno. Por lo tanto, hay wifi pero la gran mayoría de veces tendrás que registrarte cada vez que te quieras conectar. A mí eso me da mucha pereza así que tuve internet 3 veces en todo el viaje y, oye, tan tranquila 😁

Alojamiento en Suiza

Como ya sabréis, nosotros viajamos a Suiza en camper, bueno, camper camper, tampoco. Viajamos a Suiza en la Agrovan, nuestra furgoneta de ir al campo que adaptamos cada vez que queremos hacer una ruta (puedes leer más sobre la furgo y cómo montarte tú una leyendo este artículo). Por lo tanto, en alojamiento nos gastamos 0€ (o 0 francos suizos). Alojarte en Suiza no es barato – para mediados de julio dos noches en Interlaken para dos personas no te salen por menos de 350€ -, y es un destino tan demandado que en temporada alta aquello está imposible. Están imposible hasta los cámpings, que llegan a precios que jamás he pagado yo en un hotel en mi vida – y a veces he pagado caro.

Después está la cuestión de pernoctar en Suiza con furgoneta, camper, caravana o algo similar. Dicen que en Suiza la pernocta libre no está permitida. Bueno, yo no diría eso: en Suiza es posible pernoctar por libre, siempre que respetes el entorno, y que no quieras hacerlo en los lugares ultra turísticos. En cualquier pueblo que tenga algo mínimamente turístico vas a tener que pagar aparcamiento y, por lo tanto, también para pernoctar. En los lugares menos turísticos no te va a mirar nadie, y de esos lugares los hay, y a puñados. Aunque si quieres pernoctar en los lugares más turísticos la noche te costará entre los 10 y 15 euros en áreas – la mayoría sin servicios, solo para dormir. No encontramos – que no quiere decir que no las haya – áreas gratuitas, como sí las encontramos en otros países.

La otra Suiza.

Por lo tanto, dormir en Suiza tampoco es nada económico, pero si quieres hacerlo por libre, siendo respetuoso, puedes hacerlo.

Las entradas, los trenes, y todo lo demás

Sobre entradas no te vamos a hablar mucho, no por experiencia propia, ya que no pagamos entrada en ningún monumento. Lo que visitamos era todo gratis, y se redujo a catedrales y poco más. De media, las entradas pueden costarte entre 12 y 15 euros por persona.

El tema de los trenes es algo que se salía de nuestro presupuesto, así que ni lo miramos. Pero si a ti te interesa hacer las rutas en tren, subir hasta los picos, etc., puedes mirarlo en su página web. Por ejemplo, el Pase regional Lago Léman-Alpes te sale por 105CHF el pase de 5 días en segunda clase. Otro ejemplo: subir a Pilatus sale por 72CHF por persona. Son diversas las opciones que existen al respecto y si te interesa lo mejor que puedes hacer es informarte bien en su página web.

Tal vez si te planteas hacer el viaje en tren por Suiza pueda salirte a cuenta si haces el viaje por libre y sin acompañantes. Si lo que quieres es ir con toda la familia tal vez se salga de presupuesto. La cuestión es que mires qué es lo que mejor se adapta a tus necesidades.

Aparcar en Suiza

En Suiza casi todos los aparcamientos son de pago. Creo que no es posible encontrar un aparcamiento gratuito sin estar controlado en ninguna de las grandes ciudades – a no ser que vayas en fin de semana. Nosotros aparcamos gratis en Basilea y en Zúrich porque las visitamos en domingo, pero el resto de ciudades eran pagando. Está la opción del P+R, aparcamiento más económico alejado del centro junto a transporte público y que no está tan limitado en tiempo como los aparcamientos céntricos. Hay que tener en cuenta que en las ciudades podrás aparcar desde una hora seguida hasta tres horas y a precios desorbitados, normalmente entre los 3CHF por hora. Así, si viajas a Suiza en vehículo propio y quieres estacionar el vehículo en alguna ciudad deberás tener en cuenta que pagar aparcamiento es impepinable.

Debes saber también que en Suiza hay sistemas de aparcamiento bastante diferentes al nuestro. Uno de ellos es el que sigue una numeración de aparcamiento y una vez en la máquina de pago marcas en qué espacio está estacionado tu vehículo – miras el número que hay pintado en el suelo – y a partir de entonces, y según hayas pagado, va descontando tiempo. Es lo mismo que el papelito en el salpicadero, pero sin gastar papel. Ah, y debes tener en cuenta que no en todas las ciudades podrás pagar el aparcamiento en euros. Nosotros en Lucerna pagamos en euros, pero en Frieburg tuvimos que cambiar de euros a francos para poder pagar el aparcamiento, y en Berna no había manera de pagar y finalmente unos españoles que tenían francos suizos nos cambiaron unos euros y nos permitieron poder pagar el aparcamiento. Debes saber también que hay lugares en los que el aparcamiento lo puedes pagar con tarjeta de crédito, pero no en todos, por eso es mejor que siempre lleves algún franco suizo encima por si las moscas.

Pero no te creas que esto pasa solo en las grandes ciudades, hasta en el pueblo más pequeño – y si este es turístico – tendrás que dejar el vehículo y pagar un mínimo de 2CHF por hora, teniendo en cuenta que tal vez no puedas estacionar más de dos horas seguidas. Hay pueblos – lo vimos en Interlaken – que te dan 15 minutos gratuitos, y eso puede que sea suficiente para visitar los atractivos de esos lugares. Ah, y si no pagas tienes multa, que suele ser de 40CHF – o eso es lo que vimos en algunos vehículos que estacionaron sin abonar el precio que se exige por dejar el vehículo.

Aunque bien es cierto que sí hay zonas gratuitas, pero en ellas no puedes aparcar de forma libre. Para poder estacionar en estos espacios gratuitos necesitas el círculo azul con el que marcas la hora de llegada, pero sin pagar. El funcionamiento es muy sencillo: marcas la hora, en media o en punto – redondeas según tu hora de estacionamiento –: por ejemplo, si llegas a las 15:23 vas a poner que has llegado a las 15:30, pero también si llegas a las 15:10; si has llegado a las 15:37 pondrás que has llegado a las 16:00. Así, tendrás tanto tiempo para estacionar como te permita el espacio, que puede ir desde una hora hasta 15, o lo que marquen las señales – que son fáciles de identificar. Este círculo nosotros lo conseguimos en una oficina de turismo donde pregunté cómo podía hacerme con él – una vez usamos uno en Francia y lo compramos en un quiosco – y allí me lo dieron de manera gratuita, así que lo que te recomiendo es que nada más llegar a Suiza vayas a una oficina de turismo y preguntes cómo conseguirlo. Te va a ser muy útil no solo en Suiza sino también en otros países como Francia o Alemania donde también se sigue este sistema de regulación de aparcamiento.

¿Cambio dinero?

El franco suizo y el euro están casi a la par, la moneda suiza tiene un poco más de valor pero la diferencia es casi mínima. Así, hay lugares en los que puedes pagar en euros, pero en otros no. Lo mejor, paga con tarjeta de crédito y te olvidas, pero no en todos los sitios vas a poder pagar con la tarjeta de crédito – como te he explicado en el apartado de aparcamiento en Suiza. Así, te recomiendo que cambies unos 30 euros en cualquier banco que encuentres – que, por cierto, a nosotros nos costó topar con una sucursal – y ya está. Cambia moneda porque para lo que más la usarás será para pagar aparcamientos – si es que viajas en vehículo propio.

Por lo demás no te va a hacer mucha falta, y si viajas como nosotros tampoco vas a gastar mucho dinero en el país, la verdad.

Comer en Suiza

Comer en Suiza es carísimo. Lo es porque el nivel medio de vida del país es muy alto, aunque ya habrás notado por mis palabras que no todos los suizos tienen ese nivel. Creo que es imposible sentarte a comer en un restaurante sin dejarte, como mínimo, 30 euros por comida – y sin probar grandes platos. Eso multiplicado por todos los días que estés de viaje sale por un pastizal.

Nosotros, particularmente, no comimos en ningún restaurante cuando estuvimos en Suiza. Es que no nos tomamos ni un mísero café ni una mísera cerveza. Bueno, café sí, en el Lidl, que hay máquinas que te lo venden a 1 euro – como en Alemania – y para un desayuno, pues está bien. Cerveza también, que comprábamos en el supermercado – Lidl o Aldi – donde nos salía el medio litro – y fresquito – por 0,65CHF.

Viendo esto te darás cuenta que la diferencia de precio entre los productos del supermercado y los que encuentras en la hostelería es enorme. Una cerveza pequeña (20 cl, no te creas) te puede salir perfectamente por 4CHF, un kebab – que suele ser lo más barato – no baja de los 10CHF, las pizzas las tendrás, como mínimo, por 15CHF, y a eso súmale la bebida y todo lo demás. Lo que digo, que comer en Suiza es carísimo, hasta en el McDonald’s.

¿Cómo lo hicimos nosotros para sobrevivir en Suiza? Pues comprando comida preparada en otros países más baratos, como Alemania y Francia, y calentándola en el hornillo que tenemos desde hace siglos, de esos que te llevabas cuando ibas de excursión con tus padres – o que te servía para calentar cosas en casa si se terminaba el butano. Esa es la única manera que nos ha permitido poder pasar 5 días en Suiza manejando un presupuesto como el nuestro.

Bien es cierto que en los supermercados puedes encontrar productos de oferta igual que en otros países cuando estos productos están cercanos a la fecha de caducidad. Como hacemos nosotros en España en nuestro día a día, consumimos esos productos a mitad de precio que nos ayudaron a salir de la comida de bote y comer una ensalada fresca y completa.

El agua, en Suiza, no es cara – como aquí – pero sí lo es la leche. Tampoco lo son los refrescos, que te salen como en España, y quesos puedes tener por 2 euros y poco, así que si te haces con una barra de pan – por cierto, carísima –, un quesito y un par de cervezas o refrescos puedes montarte una merienda-cena en medio de cualquier ciudad – o en medio del monte – de lo más apañada y por unos 5 euros.

A veces puede que encuentres carne de oferta en los supermercados, e igual te interesa saber que en Suiza hay muchos lugares habilitados para encender hogueras donde puedes cocinarte la comida – al lado de los lagos, en áreas de descanso… -, de modo que igual te interesa llevar algo de carne – o patatas, o verduras – y hacer una barbacoa. Por suerte nosotros habíamos comprado una súper salchicha en Alemania y pudimos disfrutar de una barbacoa en plena naturaleza. Si lo hubiésemos sabido antes hubiésemos adquirido más productos para cocinar de este modo.

Alguien comió aquí…

Y a grosso modo, esto es lo que puedo contarte en lo que se refiere al apartado de comer en Suiza. Ya ves que con un presupuesto escaso es difícil disfrutar de la gastronomía del país, y voy a decirte que me hacía ilusión tomarme una founde y por menos de 26CHF por cabeza no había nada, así que me quedé sin founde – qué le vamos a hacer.

Reflexiones finales

Como ves, Suiza no es un país económico, y supongo que eso ya lo sabías y por eso has llegado hasta aquí. Viajar a Suiza requiere de un gran presupuesto si quieres hacer turismo al uso, pero como todo en la vida el truco está en adaptarse. Es posible viajar a Suiza con presupuesto muy ajustado, pero el viaje va a ser diferente del que hacen las gentes que disponen de más dinero. Viajar a Suiza con un presupuesto bajo supone ser consciente de ello, y ser consciente de todas estas cosas que te he contado: saber que tendrás que pagar por todo y que, tal vez, habrá cosas que no podrás hacer porque no lo puedas pagar. Con esta premisa en mente, el viaje a Suiza es posible.

Ahora, tal vez, te preguntes que por qué narices viajo a Suiza si no hago las cosas que se suelen hacer en Suiza. Pues bien, te diré que Suiza – como cualquier otro destino – se puede disfrutar de muchas maneras. Se disfruta viendo por primera vez los paisajes de los Alpes de cerca, o esas casas de madera tan típicas y que tan interiorizadas tenemos cuando pensamos en un paisaje suizo humanizado. Se disfrutan de los lagos, de los más famosos, pero también de los menos. Se disfruta de los pueblos y las ciudades, estas últimas con cascos históricos tan recogidos que se pueden visitar en un par de horas.

Berna.

Se disfruta también en Suiza, y con un presupuesto ajustado, hablando con las gentes que allí habitan en los lugares menos visitados, que te cuentan cómo es el país. Suiza se disfruta por su silencio atronador que se pierde en plena naturaleza cuando el canto de los pájaros suena a un volumen impensable. Se disfruta caminando entre pinos que acompañan a un sendero que no lleva a ninguna parte pero a la vez te lleva a todas. Se disfruta al lado de un lago poco visitado. Se disfruta durmiendo bajo la lluvia en un descampado. Se disfruta viendo pastar a las vacas. Suiza se disfruta como cualquier otro lugar del mundo: apreciando lo sencillo.

Algún día volveré a Suiza, lo sé, y volveré para realizar el Gran Tour de Suiza, para conducir por esas carreteras de montaña tan increíbles y disfrutar de los paisajes que se quedaron pendientes en este viaje exprés.

Y termino este texto enlazándolo con la idea que he querido transmitir en esa “reflexión en caliente” inicial: viajar a Suiza con poco presupuesto es posible, como es posible vivir en Suiza con 3.000 euros al mes. Lo ideal sería que las gentes en Suiza pudiesen vivir bien con 3.000 euros al mes, así como lo ideal sería que cada una de las personas pudiesen vivir bien con lo que ganan. Mi tarea, aquí, no es esa, la de decir cómo se consigue que las gentes tengan una vida decente, más bien creo que eso es tarea de aquellas personas que guardan sus dineros en esos bancos que tantos secretos albergan y que están repartidos por el país helvético. Mi tarea, aquí, es mostrarte que se puede viajar con poco, y acompañarte en ese camino para que no te sientas solo. Mi tarea aquí, y en cualquier lugar, es conseguir vivir, a pesar de todo.

Disfruta de Suiza.

Lémans en Chillón.

Una filósofa y un politólogo que amana viajar y lo hacen a pesar de los pocos recursos que tienen. Viajar es más que un capricho, viajar es una necesidad y aquellos que somos pobres en un primer mundo de opulencias tenemos derecho también a realizar nuestros sueños viajeros. Porque los pobres también viajamos.
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9 pensamientos en “Consejos para viajar a Suiza con poco presupuesto.

  1. Bufff no sé si desistir de mi viaje planeado a Suiza… Yo me adapto a ese trozo de pan y queso, a disfrutar de los paisajes y no gastar, pero viajando en familia es un poco más complicado. Ya veremos, tengo mis dudas de poder hacerlo con un presupuesto bajo.
    Sin duda, nos gustaría hacer muchas cosas, pero como bien dices hay que adaptarse (que no por ello nos vamos a fustigar y no disfrutar), pero hay que ser realista y consciente de hasta dónde podemos llegar. Quien tenga más dinero, pues mejor para él. Cada uno ha de vivir la vida lo mejor posible y valorar lo que tiene y no lo que desearía tener.
    Al final, ¿qué cosas son realmente necesarias para cubrir lo básico en la vida? Pues lo demás son privilegios, no necesidades.
    (Consigues sacar la filósofa que hay en mí jajaja)
    Un abrazo y gracias por toda la información y está visión del país que pocos cuentan.
    Espero el próximo post.
    Besos

    1. Ay María José, eso de que hago sacar la filósofa que hay en ti me ha hecho mucha ilusión 😍

      Sin duda nosotros podemos hacer estas cosas porque somos dos personas que nos adaptamos a cualquier situación, que podemos dormir en una furgo sin mucho más y no llevamos familia a cuestas. Si tuviésemos familia – que no es el caso – no podríamos viajar de este modo – que es relativamente nuevo para nosotros -, pero lo haríamos de otra manera – como hemos hecho siempre.

      Tienes mucha razón en lo que dices, y suelo repetir una frase en mis artículos que es la siguiente: define necesidad. Suiza es un país precioso, pero tal vez no sea tan maravilloso como cuentan – de eso llevo hablando una semana entera con toda la gente que me da conversación al respecto. Es lo que he querido transmitir en mi artículo y me satisface mucho haberlo conseguido. Destinos, en el mundo, hay muchos y muy interesantes, ya sabes que soy de la filosofía de no tener que marcharte a la otra punta del mundo para disfrutar de lugares maravillosos. Sin ninguna duda hay cosas que solo están en un lugar, pero eso está repartido por toda la geografía mundial. Suiza es un destino soñado, sí, puede serlo, pero no es mucho mejor que otros destinos menos caros y más asequibles – también en quilómetros.

      Y me estoy enrollando mucho. Que gracias, María José, por leer lo que escribo y valorarlo.

      Un abrazo enorme.

  2. Muy buena entrada.

    Suiza es un país que por su entorno es precioso, pero el gasto que supone echa para atrás a muchos. Pero gracias a vuestros consejos se consigue un ahorro que siempre se agradece.

    Las dos cosas que más me gustan de este blog son los consejos que dais para ahorrar en los viajes; y además transmitís tanto en las entradas que al leerlo me da la sensación de hacer el viaje con la lectura.

    Mis felicitaciones y el blog va a mis favoritos de cabeza.

    1. Jo, qué alegría saber que te gusta lo que escribo.

      Siempre quiero dar la visión de adaptación, soy muy de Ortega y Gasset en ese sentido y la circunstancia es vital para el desarrollo de la vida. Así, debo saber de dónde parto y qué me puedo permitir, pero no por ello dejar de hacer las cosas que deseo. Por desgracia – y eso en Suiza es súper evidente – hay gentes con muchos privilegios, pero los que no los disfrutamos tenemos la obligación, casi diría yo, de disfrutar de la vida con más intensidad.

      Gracias por leerme y espero entretenerte en las próximas entradas 😊

      Un abrazo,

      Marina.

  3. Felicidades por el blog! Esta entrada me va a venir genial… La primera semana de agosto vamos a estar en Interlaken (camping) y siempre esta bien recibir algun consejo para ahorrarse unos CHF 😉

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