Sí, muy bonito, tienes una furgoneta de tamaño medio en la que estarte de pie no es posible pero en la que puedes tumbarte sin problema, en la que pondrías un colchón y echarías millas. Sí, podrías hacerlo, pero puestos a barruntar, barrunta algo decente o, al menos, inténtalo.
La Agro Van nace de mi deseo obsesivo de realizar un viaje sin rumbo fijo ni destino preconcebido, sin horarios -ni fechas en el calendario -, sin agobios de horas de entra y salida del hotel. La Agro Van nace de mi deseo irremediable de ser libre – y te lo cuento aquí.
Pero, ¿cómo pasamos de una idea a la realidad? Pues nada más y nada menos que poniendo manos a la obra, buscando y rebuscando mucho por el cuarto de los trastos viejos y necesitando bien poco para ser feliz. Ahi va la creación de la Agro Van.
¿Qué necesitas para sobrevivir en una furgoneta?
Una cama
En realidad, para ir en furgoneta y dormir en ella no necesitas más que un colchón. Punto. Si quieres simplificarlo al máximo – o no tienes más recursos – metes un colchón en la cabina de la furgo y hala, a echar millas. Nuestra situación hubiese podido ser esa pero ya puestos, ¿por qué no construir algo más o menos decente que nos diese algo más de comodidad?
No os mentiré: ojalá poder tener una furgoneta de esas tan cucas que te casarías con ella hasta la eternidad y más allá. Ojalá. Ojalá tener también otro montón de cosas que, a decir verdad, son del todo innecesarias, o lo son para mí. Para la furgoneta lo que necesitamos urgentemente es una cama, una estructura sobre la que dormir, que nos aguante, y que tenga el suficiente espacio inferior como para guardar el resto de bártulos. En este capítulo tenemos que mejorar aún pero en el de la cama, en el de la cama hemos sacado notable.
¿Qué necesitamos para construir la cama?
En nuestro caso tuvimos que tomar las medidas de la furgoneta, y es lo que deberás hacer tú, porque este proyecto está adaptado enteramente al espacio disponible en la parte trasera del vehículo y todos los salientes y demás rincones muertos que existen.
Este proyecto es para una Citröen Jumpy de 3 plazas con cabina separada.
Mi idea inicial es hacer una especie de cama banco que pueda abatirse para dejar la mitad del espacio de la furgoneta vacío y así poder moverte mejor. Esta es la idea que tengo, esta es la idea que se materializa, pero no la que pondremos en práctica, y es que la cama va a estar todo el viaje desplegada.
Para hacer la estructura tomamos medidas y decidimos usar dos tablas de madera de pino de 60 centímetros de ancho y cortarlas hasta 1,85 metros de largo realizando muecas en las esquinas para poder abatirla. En este caso la furgoneta va desnuda y es que, como os he dicho, la uso principal del vehículo es de ir a trabajar y no el de salir a rodar.
Las dos tablas de 60 centímetros irían unidas mediante una bisagra de piano que nos permite doblarla sobre sí misma, además de estar reforzadas en la parte inferior por tres listones que refuerzan la madera, y es que en nuestra zona, y en tan poco tiempo, nos fue imposible encontrar contrachapado a medida y que nos sirviese.
Las patas, atornilladas, encoladas y reforzadas mediante escuadras, van 2 a tres a lo largo de la tabla. Por lo tanto, hay un total de 12 patas de unos 40 centímetros de altura, estando las patas centrales de la tabla exterior unidas a las centrales de la tabla interior para, de este modo, tener una mayor sujeción y no tener que construir unas patas abatibles.
Lo otro que necesitas es un colchón que se adapte a las medidas de tu cama. En este caso el colchón tenía que ser o bien de 120 cm de ancho o dos colchones de 60 cm. Busqué por internet y el precio de colchones de esa medida me parecía abusivo – así también el de los colchones plegables. Por suerte, y como en los pueblos a veces sufrimos un poco de síndrome de Diógenes – básicamente porque tenemos más espacio para guardar los trastos – conseguí dos colchones de espuma que pude cortar a la medida deseada, 60 centímetros de ancho cada uno. Como no tuve tiempo de hacerles una funda – 12 horas antes de comenzar al ruta todavía estaba cortando colchones – les até un par de sábanas viejas y, hala, arreando.
Actualización:
Hemos cambiado los dos colchones desiguales por una un poco más grueso que nos han dado de una reforma de una casa. Ese colchón resulta que mide justo lo que nuestra plataforma así que con él vamos más cómodos.
Además, y por el tema aislamiento – que luego os hablo de él – compramos en Decathlon un par de esterillas térmicas – creo recordar que no valen más de 5 euros cada una – que ahora ponemos debajo del colchón y sobre la plataforma para darle más comodidad.
En nuestros viajes nos llevamos, sea cual sea la época del año – y es que el frío que pasamos en Puebla de Sanabria ya no lo vamos a pasar más – un nórdico que teníamos por casa, que ocupa poco espacio y calienta un montón – hemos estado durmiendo a un grado en Roncal con él y ni nos hemos enterado.
Asearte
Una cosa es ir en furgoneta y la otra no tener en cuenta la higiene. Teniendo claro que nunca vas a tener las mismas comodidades que en un hotel o cualquier otro tipo de alojamiento convencional, pero lo que sí puede ser es encontrar algo que te sirva para asearte, y no va a ser tan malo como imaginas.
Ducharte
¿Cómo narices me ducho? Te estarás preguntando. He visto decenas de maneras distintas de ducharte: desde una botella de agua con un agujero, pasando por bolsas con una goma preparadas para darte un pequeño repaso, hasta aparatos que los enchufas en el mechero del coche et voilà, ya tienes una ducha portátil.
Nosotros nos duchamos gracias a este invento que cuesta algo más de 20 euros en Amazon y que consiste en una pequeña bomba unida a un teléfono de ducha que se acciona mediante un botón de enchufado y que funciona gracias a la batería del coche al poderse enchufar en el mechero del vehículo. Puedes hacer eso, o puedes buscarte otra batería aparte para no gastar la del vehículo, pero eso entra en otro capítulo.
El invento este que os menciono funciona a las mil maravillas – comprobado – y para hacer el momento de la ducha menos incómodo te recomiendo que te hagas con una rejilla de jardín en plástico a modo de cuadro de ducha y, si puedes, o bien con una cortina de ducha y la enganchas a la parte trasera de la furgo, o con un manto negro de recolección de aceitunas – nuestra borrassa de toda la vida – con la que puedas resguardarte del exterior. Nosotros escogimos lo segundo, por ser más íntimo y por tener ya en casa.
No, no tengo fotos del invento, no las hice. Las haré en próximas salidas, tranquilos.
Actualización:
Sigo sin tener fotos del invento, pero ahora ha cambiado un poco. Compré una cortina de ducha opaca de color verde en el bazar – la más barata que encontré, iría por los 3 euros – y la aguantamos a cada una de las puertas abiertas, sujetándola con gomas que tienen ganchos en sus extremos. Con eso es mucho más rápido montar y desmontar la zona de aseo y además ocupa mucho menos espacio.
Ir al baño
Hablando en plata, ¿dónde cago y dónde meo? Pues cagas y meas donde puedas, no hay más. Debajo de un árbol, en medio de un matorral o, si la noche te confunde o el lugar es asfalto puro, dentro de un cubo.
Sí, dentro de un cubo. Aunque puedes hacerte también con un wc químico portátil – los hay por menos de 100 euros. En mi caso no tengo ningún tipo de problema en mear donde sea, soy de campo y lo he hecho siempre, pero a veces el asunto se tuerce y tal vez lo que quieras no sea solo mear así que te dejo un vídeo de un ruso que se monta un váter de lo más apañado y al que copié la idea y, la verdad, no funciona nada mal. Cuando terminas lo tiras en el contenedor, bien cerrado, y ya.
¿Y el agua?
Llevar un depósito de agua es una algo que debes tener en cuenta porque, dependiendo del destino, puede que te quedes sin ella para fregar los platos o asearte. En nuestro caso mi padre nos dio una garrafa de 30 litros que tenía en la granja de no sé qué narices me dijo y que, increíblemente, encajaba de manera perfecta debajo de la estructura de la cama. Con ella nos fuimos y con ella volvimos porque usamos el cubo y la fuentes para asearnos. No nos hizo falta, pero mejor prevenir que curar.
Actualización:
Hemos dejado de lado la bombona de agua y solo llevamos una garrafa de 6 litros que rellenamos en los distintos puntos que vamos encontrando por el camino.
Cocinar
Esto ya es más fácil porque don Decathlon se dedica a surtir ahora de aparatos que bien nos pueden sacar de un apuro culinario cuando estamos viajando. Nosotros a punto estuvimos de comprar una de esas cocinitas que cuestan poco más de 20 euros y que funcionan con botellines de gas pero después resultó ser que JJ tenía una especie de petromax de esos de toda la vida pero algo más moderno, así que con él nos apañamos. Además, y también de JJ, cogimos esas fiambreras que ahora también vende don Decathlon pero que a JJ ya le regalaron, y hace 25 años, para su primera comunión – prometido. Además, y al ir con la furgo, nos llevamos un cazo por si nos apetecía calentar la leche y hala, ya estaría.
Comer
No sé si conocéis nuestra famosa tauleta, una mesa plegable con asientos integrados que ahora fabrican de nuevo y que venden en grandes superficies. Este artefacto nos acompaña desde tiempos inmemoriales y te saca de más de un apuro cuando no tienes donde comer. Además, no ocupa demasiado espacio y no tienes que ir con las sillas a cuestas – aunque después nosotros nos hayamos comprado unos sillones de esos de don Decathlon en los que poner la birra fría en el reposabrazos.
Los alimentos, y aprovechando la imagen superior – y de momento -, los guardamos en la nevera roja de toda la vida que tiene más años que Matusalén , pero no más que yo. Mantenemos los alimentos fríos con hielo pero estamos pensando en hacernos con una nevera eléctrica, que las hay a muy buen precio. Si el temo Agro Van va a más no descartamos añadirla a los enseres furgoneteros.
Actualización:
Mis padres se hicieron con una nevera que se enchufa al mechero del coche que después no les sirvió para el propósito que la habían comprado, así que nos la dieron a nosotros – estarán por unos 60 euros creo yo, e incluso menos.
Como llevamos la batería auxiliar en el fondo de la cabina la vamos enchufando allí´, y también al vehículo cuando éste está en marcha. Si hace mucho calor los alimentos no están del todo frescos si no la tienes todo el rato enchufada, pero al menos no se echan a perder – que ya es mucho.
Energía
En la actualidad es muy fácil hacerte con miles de cacharros que te permiten sacar energía de donde sea, desde instalaciones solares a baterías portátiles. En nuestro caso teníamos una batería de coche a mano, así que compré unas pinzas – unos 12 euros – que iban enganchadas a una hembra (mechero de coche) mediante un cable de 3 metros y con ello cargamos móvil, enchufamos la ducha y ya está, porque no teníamos nada más que enchufar. Si quieres algo más sofisticado, o tienes que cargar portátil o lo que sea, existen conversores de Corriente Continua a Corriente Alterna. Solo tienes que buscar y satisfacer tus necesidades.
Almacenamiento
Éste ha sido el punto flaco de nuestra camperización rural, y es que no hemos tenido demasiado en cuenta este punto. Las imágenes del desastre demuestran cómo pasamos por alto este capítulo y lo dejamos todo un poco al tuntún. En las imágenes podéis apreciar unas redes en los laterales de la furgoneta, redes de moto creo, unas de casco que costaron 50 céntimos cada una y la más grande 1 euro. Con eso nos apañamos para guardar ropa y cojines.
Puse en uno de los huecos del lateral un escurridor de cubiertos de Ikea que tenía por casa del primer piso en el que vivimos, y allí metíamos enseres pequeños y cosas que debían estar a mano (puedes observarlo en la primera foto, una especie de cubículo de color morado en la parte superior de la imagen).
En la parte inferior pusimos una caja de plástico en la que teníamos guardados los utensilios de cocina. Nos llevamos también dos maletas y una bolsa con calzado. Todo esto tenemos que mejorarlo y hacer una zona de almacenamiento más funcional.
Actualización:
Hemos cambiado las maletas por cajas de plástico del bazar con ruedas donde metemos la ropa y demás enseres de vestir. Estas cajas nos facilitan mucho el ir metiendo y sacando la ropa cada día ya que al tener ruedas la acción es mucho más cómoda.
Iluminación
El tema iluminación lo salvamos con dos lámparas a pilas, una que iba colgada y otra que se nos caía cada dos por tres porque no habíamos pensado como colgarla.
Tenemos puestos también unos led de color azul que compramos en el bazar – sí, otra vez no más de 2 euros – que le dan un poco más de calidez al espacio.
Aislamiento
Este apartado es nuevo, esto es, lo incluyo en la actualización de enero de 2022. El primer viaje que hicimos, al ser verano, tener la furgo desde hacía poco y haber sido todo muy improvisado lo hicimos tal cual, con las paredes de la Agrovan peladas. Sí, una temeridad, pero la osadía comporta este tipo de cosas.
Para nuestro segundo viaje compré por Amazon – no más de 25 euros – un aislamiento que no llegó a tiempo, así que recubrimos la parte interior superior de la furgoneta con tapas de caja de porexpán y la recubrimos con una tela que nos aisló de las temperaturas más frías del Pirineo, ya que viajamos en octubre. Hay que decir que mientras estábamos de viaje llegó el aislamiento, así que nada, para otra.
Ya el siguiente viaje en furgo fue en agosto, por Galicia y para el cumple de JJ, y ahí sí que pusimos el aislamiento. Lo cierto es que habíamos pensado que fuese de quita y pon, pero el invento salió tan bien que todavía aguanta.
Para aislar el techo de la furgo – y que conste que me leí un montón de blogs y foros antes – compramos tela aislante que cortamos a la medida del techo y luego la metimos también en los espacios que tendrían que ser las ventanas que la furgo no tiene – porque es comercial y la parte posterior es todo cabina.
¿Cómo lo sujetamos? Pues con velcro, por dos cuestiones: la primera para poderlo quitar – que al final ahí se ha quedado – y la segunda porque sirve como cámara de aire entre la chapa y el aislante. Para terminar de aislarlo, cinta americana en las juntas y hala, a ver qué tal iba el invento. Desde entonces hemos hecho un par de viajes, a Galicia en junio – que hacía un frío de un par de narices – y a Huesca en octubre – que también corría el fresco – y hemos estado genial.
Elementos adicionales
Hay elementos que no son estrictamente necesarios pero que pueden ser útiles y hacen más confortable el viaje.
El primer elemento adicional es la alfombra roja que se ve en las fotos y que nos aisló de la chapa de la furgoneta. Como podéis observar, el vehículo no está aislado – el fin principal, como os vengo diciendo, no es el de viajar con él – y con ella salvamos el frío – porque frío, en este primer viaje, ha hecho – de la base. La alfombra tendrá como 8 años y la compramos en Ikea por unos veintipocos euros – si mal no recuerdo. Ya no la usábamos así que nos ha venido de lujo.
El espejo que que me costó dos euros en el bazar hace un tiempo y lo tenía también lleno de polvo. No pesa, no ocupa espacio casi, y lo puedes colgar fácilmente. No se puede pedir más.
También es interesante llevar unos ganchos de esos que se utilizan para colgar cosas en la barra de la cocina – paellas, cacerolas, etc – y que puedes meter en los huecos de los laterales y colgar cosas de ellos. Con uno de ellos colgué el espejo y enganché también las redes laterales.
Otra cosa que nos llevamos, y que nos vino de lujo porque era la medida exacta, fue un taburete/mesita que tenía también de hace tiempo – es lo que tiene las mudanzas y no tirar nada – y que me costó un par de euros en los saldos de Ikea, y que nos sirvió tanto de asiento, como de escalera, como de mesita auxiliar (lo tenéis en la foto de la cocinita).
A la furgoneta le colgué un par de cortinas baratas del Ikea, también las tenía ya, y las colgué con las barras esas también de Ikea, las baratas – no recuerdo cuánto cuestan. Una la tuvimos que cortar – la trasera – porque era demasiado larga. Las enganchamos en los huecos de los laterales de la furgoneta y una la enganchamos con una brida par que no cayese. La función de las corintas, además de hacer algo más agradable el espacio, era principalmente salvar de insectos el interior y dar un poquitín más de privacidad.
Actualización:
A medida que hemos ido viajando hemos ido añadiendo detalles que hagan más confortable la estancia en el vehículo. Así, de las dos cortinas que llevábamos hemos pasado a reciclar otro par para recubrir todas las paredes dando así más calidez al espacio.
Las cortinas las sujetamos con bridas y así las podemos poner y quitar cada vez. Creo que es una manera bastante sencilla y económica de convertir un habitáculo cochambroso en algo más cómodo.
¿Cuánto nos costó camperizar la furgoneta?
Pues lo cierto es que poco dinero, porque muchas cosas ya las teníamos. Los materiales para construir la cama nos saldrían por menos de 60 euros, la iluminación por unos 5 euros, la ducha me costó 23 euros, el cable de la batería unos 13 euros y las redes un par de euros. Para el resto aprovechamos cosas de las que ya disponíamos, no necesitamos más.
Las herramientas para construir la cama nos las dejó el cuñado de Juanjo, aunque con una sierra simple podrías hacerlo, aunque te costaría más trabajo. al final aquí lo que hicimos fue comprar lo más básico y adaptar lo que teníamos en casa a nuestras necesidades. Y con esto nos salimos a la carretera; la primera vez, pero no la última.
Como veis no se necesita mucho para viajar en furgoneta. Es más, no se necesita mucho para viajar de cualquier manera. Si dispones de vehículo – en los pueblos es imprescindible, por desgracia – puedes ir a cualquier lugar y apañártelas para pernoctar en él – ahora venden hasta colchones hinchables que se adaptan al hueco de las piernas. Es más, os digo que de pequeña me iba con mis padres de viaje y dormíamos 4 en un Lada Samara, todo es posible, solo necesitas ganas.
Si tienes alguna pregunta no dudes en dejarla en comentarios y te responderé. Espero que este artículo te anime a viajar de una manera diferente y muy enriquecedora. Cierto es que este modo de viajar no está hecho para todo el mundo pero, ¿por qué no probar?
Actualización final
Después de haber probado el viajar así difícilmente vemos otro modo de viajar tan auténtico como éste. Si yo ya expliqué en otro artículo que viajar en furgoneta había sido siempre uno de mis sueños, no era este el caso de JJ. A día de hoy, y después de unos cuantos viajes, tanto el uno como la otra estamos encantados de haber decidido empezar con esto.
Como habéis podido leer, tampoco se necesita mucho para viajar así y te da una libertad que otros modos de viaje no dan. La libertad ya no es solo económica, en el sentido que si dispones de un vehículo como estos para otros fines siempre puedes adaptarlo – conozco a gente que viaja así con vehículos algo más pequeños -, ya que puedes acceder a destinos que suelen ser caros en ciertas épocas del año.
Y así es como puedes iniciarte en este mundo de las cámpers, bien porque no estés muy seguro de si te va a gustar o no y puedes disponer de un vehículo semejante, o bien porque – y como nosotros – tu presupuesto no da para más y tienes que apañarte con lo que hay.
Espero que este artículo te anime a viajar más y, creo no equivocarme, mejor.
Holaa! Os sigo desde hace tiempo por IG, justo he comenzado un proyecto igual, también con una jumpy (pero el modelo anterior) ya tengo la base de la cama hecha en dos partes y si que quería hacerlo plegable pero como no tenía muy claro como hacerlo lo hice fijo (tampoco tardaría mucho en modificarlo… Por hacerme a la idea, ¿de la parte que se pliega sobre la otra, una vez plegada que hacéis con las patas o qué sistema le habéis puesto?
Muchas gracias un saludo y kilómetros! 😊
Hola. Pues las patas de la parte exterior plegadas se quedan en el lateral de la furgo, las otras, si te fijas en la foto en la que aparece plegada la estructura, están en el suelo, son fijas, unidas a las patas de la otra mitad de la estructura. Así evitamos tener que hacer patas plegables, nos ahorra un rato de faena, y es mucho más cómodo.
El sistema, al final, es sencillo, lo más rápido que pudimos hacer y lo que teníamos a mano. Con este sistema no necesitas montar unas patas abatibles que, al final, siempre son mucho más trabajo.
La cama plegable, con los colchones encima, no sirve mucho para sentarte porque queda bastante alta, pero si quieres algo más de espacio para moverte – y para guardarlo también – es muy útil. Espero que te sirva de ayuda y que empieces a disfrutar de tu furgo pronto.
Un saludo, Marina.
Hola, me ha súper encantado el artículo,nunca he viajado asi y no lo haré, primero porque no tenemos furgoneta y después, con los años nos hacemos más cómodos y menos atrevidos, empezamos a tener achaques y dolores varios, asi que no todo nos vale, aunque me atrae la idea de ir sin horarios fijos. Un 10.
Gracias Mercedes. Viajar así no está hecho para todo el mundo, es más, yo tenía claro que sí estaba hecho para mí – Marina -, pero dudaba que estubiese hecho para JJ. La experiencia me ha demostrado loc ontrario y ha quedado contentísimo.
Son modos distintos de viajar, y siempre podéis alquilar alguna vez una caravana – mucho mejor equipada que nuestra básica Agro Van – y probar unos cuantos días. Nosotros nos hemos adaptado a lo que había y con ello hemos viajado, y creo que vamos a seguir haciéndolo y es que como tú dices, lo de viajar sin horarios es una idea muy atractiva.
Un abrazo, gracias por leerme y por comentar,
Marina.