Urueña es uno de los pueblos más bonitos de España, y se lo conoce también como la Villa del Libro. Este pequeño pueblo amurallado – porque sí, también tiene muralla – se encuentra en la provincia de Valladolid y es visita obligatoria en cualquier viaje a la Tierra de Campos.

Los días largos del verano son magníficos para viajar, y más si una de las cosas que más te gusta hacer es visitar pueblos bonitos, que ni cierran ni abren, y tampoco tienen horarios. Es por ello que, aprovechando que los días se extienden hasta horas que serían nocturnas en otra época del año, decidimos habiendo visitado ya Toro – en Zamora – dirigirnos hasta un lugar que teníamos marcado en pendientes desde hacía mucho tiempo.

Como ya sabréis, lo nuestro es visitar pueblos con encanto, y no solo por el hecho que sean lugares bonitos, sino también por tener una especie de reconocimiento a aquéllos que todavía sobreviven – porque sí, vivir en un pueblo es sobrevivir – en lugares que nadie tiene en cuenta. Somos de pueblo y sabemos lo difícil que es vivir allí; la despoblación no es tema menor, y debería abordarse con urgencia, pero en los pueblos viven pocos y si no hay buen número, no hay fuerza. Sin ir más lejos, en el pueblo del que nos ocupamos hoy viven poco más de 200 personas, y no vimos por la calle a ninguna cuando lo visitamos. Puede que Urueña se llene de gente en momentos puntuales del año, pero el resto de tiempo nos parece que debe estar bien solitario.

Urueña se encuentra en la comarca vallisoletana de Tierra de Campos. Es uno de Los pueblos más bonitos de España y también es reconocida como Villa del Libro. Su reducido tamaño no exime al pueblo de gozar de un rico patrimonio – murallas, castillo o ermita románica -, y por ello fue declarado Conjunto Histórico-Artístico en el año 1975.

A Urueña, como ya os hemos dicho, llegamos desde Toro. Transitar por los campos llanos de Valladolid es toda una experiencia: carreteras rectas y infinitas atravesando campos labrados que en verano están teñidos de un ocre profundo. Son pocas las poblaciones que nos encontramos a nuestro paso, y es especial toparte con Urueña cuando, además de toparte de nuevo con la civilización ésta aparece en lo alto de un cerro y rodeada de murallas.

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La llegada a Urueña es preludiada por una ermita románica, la de La Anunciada, que descansa a pocos kilómetros de la localidad, y todavía en el llano. Esta ermita, construida sobre un templo mozárabe anterior, es especial por una razón destacable: se trata del único ejemplo de románico lombardo de origen catalán de toda la región castellano-leonesa.

La belleza de esta pequeña ermita es indiscutible, de eso no hay ningún tipo de duda. no solo se trata de una construcción bonita, sino que su situación es privilegiada; desde esta ermita se van a tener una de las mejores vistas de la localidad de Urueña que una pueda imaginar. Desde la ermita se ve el pueblo sobre el promontorio, o mejor dicho, se ven las murallas abrazando la localidad. Pero desde allí el campo vallisoletano toma otro carácter, mucho más bucólico si cabe, y se presenta ante nosotros con una faz distinta a la mostrada hasta ahora.

La ermita está construida en sillarejos muy grandes y sin contrafuertes, y puede qeu la ausencia de este elemento arquitectónico sea la que le dé ese toque tan coqueto. El color claro del sillarejo hace que se integre perfectamente con el entorno y contraste de un modo delicioso con ese cielo azul castellano tan especial. El simple hecho de observar la construcción es ya un placer en sí mismo.

Debemos tomar el coche de nuevo para dirigirnos hasta Urueña, por lo que nos disponemos a conducir los pocos kilómetros que nos quedan hasta el pueblo. A medida que nos acercamos las murallas se van haciendo más imponentes, y las construcciones no se dejan ver tras ese manto de piedra que rodea casi por completo la localidad. Cabe decir aquí que el trazado de las murallas de Urueña se conserva casi al completo, hasta un 80% del lienzo original. Además, las dos puertas de entrada a la localidad, la del Azogue y la de la Villa, también se conservan en perfectas condiciones.

Encontrar la entrada al pueblo, tras aparcar extramuros se nos hace tarea complicada ya que no encontramos por donde debemos cruzar para salvar las murallas. Finalmente, y tras pasear por algo que se parece más a un laberinto, cruzamos la Puerta del Azogue, que nos lanza directamente a los pies de la iglesia gótico-renacentista. Comenzamos entonces el paseo por Urueña que nos llevará de una calle a otra y de una librería a otra – aunque a estas horas estén ya todas cerradas.

Urueña tiene el honor de ser la única Villa del Libro que existe en España. En esta localidad de poco más de 200 habitantes encontramos una decena de librerías, y también el Centro e-LEA Miguel Delibes, un espacio en el que el libro es el reclamo y protagonista para todos aquellos amantes de la lectura. Urueña es la única Villa del Libro en España, pero existen otras repartidas por el mundo, como Hay-on-Way, en el País de Gales, y de la que os hablamos hace ya años en nuestra sección de ¿futuribles? Como os hemos dicho más arriba, nuestro paso por Urueña es a medias, ya que son pasadas las ocho de la tarde y todas las librerías están cerradas. Aun y así, nuestro paseo por la localidad es fructífero, sobretodo por el hecho que sus murallas pueden recorrerse casi al completo desde lo alto, y eso es lo que hacemos.

Desde lo alto de las murallas de Urueña se tienen unas vistas privilegiadas de la localidad, pero no solo de ella, sino también de toda la Tierra de Campos. Las vistas se extienden, en días claros, hasta llegar a los Montes de León. Y en días como el que nosotros visitamos la localidad –  a las horas en lo que hacemos – se puede disfrutar de un atardecer de colores increíbles en un territorio maravilloso, de aires bucólicos y decadentes pero de una gran belleza.

 Exploramos los dos trazos del lienzo de la muralla, la parte oeste y después la parte sur, para acabar cerca de nuestro origen y detenernos frente al castillo del s. XI del que hoy solo restan los muros, ya que nada de lo que había en su interior se conserva en la actualidad.

Nuestro tiempo en Urueña llega a su fin. Ahora nos toca regresar a Valladolid y disfrutar un poco de su ambiente nocturno. De Urueña nos llevamos una buena impresión, es un pueblo coqueto y muy bien conservado que tiene muchas cosas interesantes de las que nosotros no podemos disfrutar en esta ocasión, pero seguro que vamos a disfrutar en un futuro.

MÁS INFORMACIÓN

Podéis seguir los siguientes enlaces: Web de Urueña (aquí encontraréis horarios y toda la información pertinente a monumentos, museos, librerías…) Urueña en Los Pueblos más bonitos de España

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