El patrimonio románico en el departamento francés del Ariège tiene un peso importante, y de entre todo ese patrimonio hay uno que destaca por encima de los demás: la catedral de Saint-Lizier. Con sus pinturas románicas y el claustro, este último es el único en ese estilo en todo el departamento.
Saint-Lizier es una pequeña localidad que se encuentra en el Pays de Couserans, una pequeña provincia histórica en los Pirineos que forma parte del departamento del Ariège. Siendo esta provincia conocida sobre todo por su patrimonio natural, tiene algunos elementos arquitectónicos e históricos dignos de mención.
Sí, Saint-Lizier es uno de esos lugares que no puedes pasar por alto en el Couserans aunque Saint-Lizier no te suene de nada. Su riqueza, más allá de la belleza del pueblo que, cabe decirlo, no es menor, radica en su catedral románica y el claustro que la acompaña, y también las pinturas que decoran la nave del templo.
La historia de Saint-Lizier se remonta a la época galo-romana, allá por el año 70 y pico antes de nuestra era, cuando la ciudad se funda, y en el siglo V se rodea de murallas para convertirse un siglo más tarde en el centro de un importante obispado.
La catedral y el claustro
Ya por aquel entonces se construyeron templos, pero no fue hasta siglos después que se levantó la iglesia que hoy vemos. La construcción, románica, fue decorada con frescos que a día de hoy todavía se conservan. El cristo es del siglo XIII, pero es que las pinturas inferiores datan de finales del siglo XI, siendo las más antiguas de los Pirineos.
Otro de los elementos interesantes de esta catedral, y también exclusivo en la zona, es el claustro románico que aún mantiene sus cuatro galerías completas y la planta superior que se añadió en el s. XIV. Los capiteles más antiguos fueron esculpidos entre los años 1160 y 1180 y el resto siguen su estilo.
Lejos de ser un compendio de escenas bíblicas, los capiteles están decorados con escenas figurativas y también simbólicas, algo que aumenta la excepcionalidad de la obra.
El pueblo
Saint-Lizier es un pueblo típicamente francés. Tiene todo lo que puedes pensar cuando tienes en mente Francia: calles adoquinadas, casas de poca altura, ventanas pintadas de colores.
También tienes flores, muchas flores, plazas con fuentes y un carácter especial que consigue hacerte sentir en un lugar distinto.
Saint-Lizier es de esos lugares en los que el paseo se convierte en una actividad obligatoria, subiendo y bajando – puedes llegar hasta el Palacio Episcopal aunque tendrás que pagar para visitarlo – y metiéndote por rincones que parecen privados pero no lo son.
Sí, en Saint-Lizier te advierten que ese pasadizo que ahora ves es de uso público. También te das cuenta que lo cuidan todo al detalle en un entorno en el que el cuidado es dejar que las cosas se cuiden por sí solas.
Me explico: la vegetación se deja crecer. En Francia es normal dejar crecer hierbajos en los pueblos, no se usan pesticidas ni herbicidas y entonces, ¡boom!, todo está verde.
Saint-Lizier está considerado como uno de los Grandes Sitios en Occitania, y lo es por su catedral, claro, pero también por el carácter que desprende ese pueblo que es un pequeño burgo medieval que todavía hoy guarda ese carácter de antaño.
Todavía podemos encontrar algunas casas con las fachadas hechas de entramados de madera, también porches y otras curiosidades que harán que te detengas a cada paso que des. Como digo, Saint-Lizier es un pueblo chulo pero también un pueblo vivo, no un pueblo-escaparate que está hecho para que las gentes paseen por él y admiren lo bonito que es. No, en Saint-Lizier la gente vive, incluso en la parte histórica de la localidad, y eso hace que la visita sea aún más interesante.
Sin duda este pueblo es otro de esos lugares a tener en cuenta en el sur de Francia. Puede que no sea de los más conocidos ni tampoco de los más turísticos, pero su catedral ya merece la pena – que es la razón principal por la que lo visitamos – y además te llevas la sorpresa de encontrarte con un pueblo de lo más bonito y agradable.
Más información
Como te he dicho al principio, lo que más reconocible hace a el Couserans es la naturaleza y alrededor de Saint-Lizier vas a encontrar múltiples rutas que pueden serte de interés. Te recomiendo que eches un vistazo a su página web para escoger qué es lo que más te gusta.
A no ser que quieras realizar actividades de naturaleza, no escogería Saint-Lizier – o Saint-Girons, al lado mismo – como centro de operaciones para mi viaje. Si lo que te apetece es solo visitar el pueblo y la catedral como es nuestro caso mi consejo es que te alojes en Foix, ciudad que no se encuentra lejos y tiene mucha más oferta turística y tiene también más vida.
Si te interesa visitar la catedral – y espero que así sea – debes saber que la entrada es gratuita pero que no tiene un horario fijo de apertura. Habiendo preguntado en la oficina de turismo vía correo electrónico puedo decirte que el templo está abierto – más o menos – de diez de la mañana a siete de la tarde. Mi consejo es que no apures el horario y que vayas más pronto que tarde porque en Francia ya se sabe que los monumentos cierran bastante pronto.
Encontrarás aparcamiento en lo alto del pueblo, a pocos metros de la catedral. Es gratuito.
Y esto es todo lo que quería contarte de Saint-Lizier. Como puedes observar, es un pueblo que se visita rápido pero que no te sabe a poco, uno de esos lugares en los que detenerte vale mucho la pena.