1 de enero de 2018. 365 días por delante y el primero de ellos no vamos a pasarlo en casa, ¿para qué? Nos subimos al coche y ponemos rumbo a un lugar nuevo: Linares de Mora.
¿Por qué Linares de Mora?
Adaptarse es obligatorio para sobrevivir. La vida es la que es y podemos cambiar algunas cosas de ella, pero otras son ineludibles, y eso supone vivirlas sí o sí. Es por ello por lo que hay que vivir la circunstancia como se da, y sacarle todo el jugo posible. Y como ya dijimos hace un par de años: a falta de pan, buenas son tortas. Si no nos podemos pasar el fin de año viajando, al menos, descubramos un lugar nuevo al inicio del año.
¿Dónde está Linares de Mora?
Esta vez decidimos marcharnos hasta un pueblo de Teruel – como no – que tenía pinta de ser bonito. Se trata de Linares de Mora, una localidad pequeña que se encuentra en la comarca de Gúdar-Javalambre, y muy cercana a Valdelinares.
Qué ver en Linares de Mora
Linares de Mora es un pueblo construido sobre la ladera de la montaña, formado por casas blancas de un par de plantas coronadas por techumbres rojizas a dos aguas. La historia del pueblo se remonta hasta el siglo XII, y como es común en la zona, las Guerras Carlistas dejaron mucha huella en el lugar.
Su casco histórico
El entramado urbano es de una belleza rural exquisita, no en vano está declarado Bien de Interés Cultural y tambiénConjunto Histórico Artístico. Sus múltiples portales nos recuerdan que esta localidad estuvo fortificada en un pasado, y sus calles sinuosas y empinadas nos llevan sin remedio a la Iglesia de la Asunción y su majestuosa torre campanario.
Arquitectura rural, y bellísima
Los portales nos recuerdan su pasado emmurallado.
Las calles de Linares de Mora son preciosas, el tipo de construcción de las viviendas le da un aire bucólico a la localidad, un aire incluso romántico. La mezcla del ocre la piedra, el rojo de la teja y el verde de las montañas es lo que permite al pueblo que podamos hablar de él como un lugar con encanto.
Ermita de Santa Ana
Si nos salimos de la localidad propiamente dicha y subimos hasta la ermita de Santa Ana, que data del s. XVIII aunque su barroco es tan delicado que ni lo parece, tendremos una preciosa perspectiva de Linares de Mora. Desde allí se percibe claramente la construcción escalonada del entramado urbano, y comprendemos donde están todas las cuestas que hemos subido y bajado para recorrernos enterito el pueblo.
Las mejores vistas de Linares de Mora las tendrás desde la ermita.
El pueblo de Linares de mora tiene muchos más encantos que dan para pasar un par de jornadas sin aburrirse – senderos, más ermitas, la cercanía a Valdelinares… -, pero es perfecto para realizar una escapada rápida y sin pretensiones en la que queramos gozar de un entorno bonito y tranquilo.
Callejear, simplemente. Uno de los mayores placeres del viajero.
Otro de los pueblos de la comarca que hemos visitado, y que nos gustó mucho fue Alcalá de la Selva. Podéis leer más sobre él en este post: Alcalá de la Selva
Alojamiento
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