Cosecha viajera de 2017

2017 llega a su fin y con él un año lleno de experiencias viajeras muy deseadas. Por si os habéis perdido algo – y porque hay cosas que todavía no os hemos contado –, aquí va nuestra cosecha viajera de 2017.
 

 
El año lo empezamos en Tronchón. Bien, no, lo empezamos en nuestras casas y habiendo dormido apenas 4 horas nos fuimos hasta este pueblo turolense a comprobar si aquello que decían que en Casa Matilde se comía de muerte era cierto o se trataba solo de un mito. Así no cortos, pero sí perezosos, comenzamos a subir metros hasta adentrarnos en la comarca del Maestrazgo turolense y llegamos hasta el pequeño y encantador pueblo de Tronchón, famoso por su queso que hasta aquél hidalgo comía en la novela más universal de todos los tiempos.
 
La experiencia en Casa Matilde fue casi mística. Y no, aquello no es un mito: cuando vas a Casa Matilde vas a morir de tanto comer, y de tan bueno – si es que te gusta eso de la comida casera. Desplazarnos hasta Tronchón fue una manera deliciosa de comenzar el 2017.
 
Más sobre Tronchón y Casa Matilde siguiendo este enlace.
 
 
Quienes nos lee desde el principio sabrán que tenemos – bien, tengo – una fijación especial por Francia. En algunos de los posts que escribía, cuando comencé con el blog, muchísimo de Francia y de los lugares a los que me gustaría ir. En esos posts intentaba mostrar lugares que no fueran los típicos, aunque los típicos fueran también mis sueños. De los lugares que jamás hablé – aunque siempre tenía en mente – se encontraba Normandía, uno de mis sueños viajeros más deseados.
 
Cuando el 23 de diciembre de 2016, y después de un concierto de Navidad, recibí en el móvil una foto en la que aparecían dos billetes de avión y un texto que decía Mamá Noel ha llegado hoy me quedé a cuadros. Mi hermano y su novia, que habían marchado a vivir a Normandía, habían planeado un viaje para nosotros – y como regalo para mi aniversario –, e íbamos a pasar una semana en esa región francesa. En esos momentos no me lo podía creer: ¿por fin iba a visitar Normandía? ¿Por fin vería el Mont Saint-Michel con mis propios ojos? ¿Y las Playas del Desembarco? ¿De una vez por todas me asomaría a los acantilados de la Costa de Alabastro? Pues sí, parecía que eso iba a suceder… ¡qué maravilla!
 
Nuestro viaje a Normandía fue fantástico. Primero de todo porque pude reencontrarme con mi hermano después de muchos meses, al que siempre he estado muy unida, pero también porque pude cumplir tres de mis sueños viajeros de una tacada. Aunque viajamos en enero, pudimos disfrutar de los lugares más importantes de esta región francesa, aunque se nos quedaron muchas cosas por hacer, como visitar châteaus, o conducir lentamente y sin prisas por la Normandía más profunda, disfrutando de sus paisajes y su tranquilidad.
 
Podéis leer más sobre nuestro viaje a Normandía siguiendo este link.
 
 
A mediados de febrero decidimos hacer otro viaje… para finales de febrero. En un par de días organizamos todas las cosas para marcharnos a Bilbao con la excusa que nuestra amiga Anna se casaba y teníamos que terminar de organizar la boda. Así, compramos los billetes de tren, nos informamos un poco y nos dejamos guiar por Anna. Tras un largo viaje en tren llegamos a Bilbao donde nos hartamos de comer tortilla de patata, descubrimos una ciudad encantadora y pudimos visitar uno de esos lugares que estaba en nuestra lista de deseos: San Juan de Gaztelugatxe. 
 
Nuestro segundo gran sueño viajero se había hecho realidad justo un mes después del primero; qué bien había empezado 2017.
 
Podéis leer más sobre nuestro viaje a Euskadi aquí.
 
 
Si hay algo que nos encanta a la hora de viajar es hacerlo de forma inesperada. En nuestros – pocos – días libres que teníamos en Semana Santa decidimos contratar hotel e irnos a Andorra Irnos a Andorra sin nieve, sin primavera, sin otoño, sin brisa fresca del verano. Irnos a Andorra porque sí, porque nos apetecía, aunque no fuese la mejor época del año para ello. Y en Andorra reafirmamos nuestras convicciones: el Pirineo es infinito, tanto da por donde lo cojas.
 
Una de las cosas que más nos impresionó de todo el Principado fue la ruta que se puede realizar por los miradores de montaña, ya sea a pie o en coche. En ella descubrimos El Roc del Quer, un impresionante mirador no apto para vertiginosos desde el que se tienen unas vistas impresionantes de los valles andorranos.
En este viaje inesperado a Andorra reafirmamos – otra vez – nuestra convicción de que viajar fuera de temporada es una idea grandiosa.
 
Podéis leer más sobre nuestro viaje a Andorra en este enlace.
 
 
Entre unas cosas y otras el verano se iba acercando, y cuando el verano llega Juanjo cumple años, así que ni cortos ni perezosos, y en plena ola de calor infernal, nos fuimos hasta Castilla y León, a ver castillos y catedrales, pueblitos bonitos y a comer mucho, muchísimo.
 
Este viaje aún está por contar, así que tendréis que esperar a 2018 para saber qué hicimos allí.
 
 
Hay quienes gustan, en verano, de ir a la playa y tostarse al sol. A nosotros nos gusta coger el coche e irnos a visitar lugares bonitos, y eso es lo que hicimos un domingo tonto de verano: subirnos al coche e irnos a Teruel. Porque Teruel existe, es una ciudad preciosa, perfecta para pasar un día sin aburrirse y en la que se come – también – muy bien y muy barato.
 
Porque Teruel existe, podéis leer más de la ciudad aquí.
 
 
Y si abrimos el verano viajando, lo cerramos del mismo modo y nos fuimos en el mes de septiembre, nada más y nada menos, que hasta la increíble ciudad de Córdoba. Un viaje inesperado, pero de los de verdad, de esos que planeas en 2 horas – literal –, en los que te embarcas sin pensar y que te salen redondos.
 
Córdoba era otro de nuestros sueños viajeros – ya llevamos 3 – y no nos defraudó para nada, más bien todo lo contrario. Nos esperábamos una ciudad bonita y acogedora, pero para nada algo como aquello. Y comer…. ¡qué bien se come en Córdoba! Y qué barato. De las mejores ideas que tuvimos en este 2017 fue irnos a Córdoba casi sin pensarlo
 
Y ya que estábamos en Córdoba nos desplazamos hasta Medina Azahara, nuestro cuarto sueño viajero cumplido en 2017. Aún y con un calor de septiembre sofocante, disfrutamos muchísimo de este lugar histórico del que tanto se habla en forma de leyenda.
 
Más sobre Córdoba y Medina Azahara aquí.
 
 
En el penúltimo mes del año aceptamos asistir a las Cenas Medievales del Papa Luna en Peñíscola, una experiencia que nos permitió conocer a algunos de los compañeros de la CVTB y ver esta localidad tan bonita – y tan cercana a nosotros – de un modo distinto.
 
La cena fue algo muy divertido, algo que en esos momentos necesitábamos, porque a veces la vida es muy puñetera. Y nuestro día de relax en Peñíscola fue algo casi ansiado, y es que pudimos disfrutarla tranquilamente, sin los agobios del verano ni gentío en la playa. Otra vez decíamos que sí, que eso de viajar a deshora es una gran idea – aunque el viaje sea al lado de tu casa.
Más sobre Peñíscola y las Cenas Medievales en este link.
 
 
Habiendo viajado en enero, en febrero/marzo, en abril, en julio, en septiembre y noviembre… no íbamos a dejar diciembre sin su viaje de rigor. Ya que eso de los viajes de fin de año se nos ha terminado – de momento –, aprovechamos que teníamos algún día libre después del puente de diciembre y nos marchamos al Valle de Benasque, en parte gracias a un regalo que nos hizo una de nuestras alumnas más queridas, Lourdes.
 
Al Valle de Benasque le teníamos muchas ganas desde hacía muchísimo tiempo y no vimos mejor oportunidad que ésta para desplazarnos hasta él. Otra vez el Pirineo era el protagonista de nuestro viaje, y otra vez regresábamos enamorados. Tuvimos lluvia, tuvimos nieve, tuvimos niebla y tuvimos sol. Disfrutamos de pueblos preciosos, paisajes increíbles y una gastronomía deliciosa. Nada mejor que despedir un año viajero en uno de los valles más bonitos de todo el Pirineo.
 
En este caso, tendréis que esperar también hasta 2018 para leer nuestras aventuras en Benasque.
 
 
Y así termina nuestra cosecha viajera de 2017. Hemos estado en Francia, en Andorra – que al final, también cuenta como país -, hemos visitado por primera vez Euskadi y Andalucía. Hemos visitado catedrales, castillos y monasterios. Hemos probado la gastronomía bretona, normanda, leonesa, aragonesa, andaluza… Hemos visto paisajes de infarto, conducido por carreteras infinitas y por otras que transitan entre altas montañas. Hemos tomado aviones y trenes y hemos viajado en coche. No hemos hecho grandes viajes, pero para nosotros poder viajar es una cuestión enorme.
 
Qué nos espera en 2018 no lo sabemos, porque somos de soñar viajes, pero no de planearlos. Y venga lo que venga será para nosotros una gran suerte, lo será el poder seguir viajando, y lo será poder seguir contándolo aquí.
 

 

Viajer@s, os deseamos un 2018 grandioso, lleno de viajes, escapadas, rutas y experiencias que os llenen de vida. 
 

 

 

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