Una ruta por los cafés de Praga

Hay algo que los checos hacen mucho además de tomar cerveza, y ese algo es beber café. Si la cerveza me gusta, el café no se queda atrás, y si el café se puede tomar en locales con solera e historia pues el asunto no puede ser ya mejor. Hoy te traigo una ruta por los cafés históricos de Praga.

Cuando JJ me dijo que íbamos a visitar Praga me quedé bloqueada. Llevaba tres horas de vuelo pensando que mi destino iba a ser Viena y cuando subimos al tren va y me dice que nos marchábamos a Praga. Mi cara fue un poema – ¿quién no querría viajar a la capital checa? – y pensando todo lo que iríamos a ver no se me pasó mor la cabeza, en un primer momento, visitar los cafés de la ciudad. Por suerte esto cambió a las pocas horas de estar ahí cuando me di cuenta que, sí o sí, tenía que visitar alguno de los cafés de Praga.

¿Cómo encontré la información?

Fue bastante fácil. Me dirigí a la oficina de turismo y les pregunté si tenían algún folleto o alguna lista sobre los cafés históricos de la ciudad. Y si, los había: un libretito con todos los cafés de la ciudad. No solo históricos, sino casi todos los que puedes encontrar allí. Pero estos últimos no me interesan tanto; cualquier ciudad está llena de ellos. Además de esto, es mucha la información que puedes encontrar por internet en lo que respecta a los cafés de Praga, y entre tanta información, aquí va un poco más – que no se diga que no tenéis dónde buscar…

La historia de los cafés en Praga

El primer café

Como ya os he dicho antes, Praga es conocida por su cerveza, pero también el café es también un elemento importante en la vida social de la ciudad. Más allá del hecho que supone ir a tomar un café – y como sucede siempre – los cafés han servido para reunir a estudiantes, pensadores, artistas o políticos siendo así un lugar de discusión sobre temas de actualidad, científicos, filosóficos… Vamos, que el café moderno es como la antigua ágora griega. Bueno, se parecía más a ello hace un siglo, en la actualidad son otra cosa – o eso me parece a mí.

El café llegó a Praga, como al resto de Europa, desde el Norte de África y también desde Turquía y el primer café que había en Praga lo regentaba un armenio y se llamaba Deodatus Damayan Damascenus. Este café, en un principio, no lo era. Quiero decir que Deodatus lo vendía en medio de la calle llevando una tabla de madera sobre sus hombros, la cabeza recubierta con un turbante y sobre el que portaba una bandeja y encima de ésta el café preparado. En el año 1711 decidió pasar de acarrear el café por la calle y abrir el primer establecimiento cafetero de la ciudad debajo de la Torre Mostecká en el barrio del Puente de Carlos que, como sabréis, por aquella época era el único puente que había en la ciudad, así que visión comercial el tío sí la tuvo. En la actualidad ese lugar, un edificio Renacentista muy bonito, es un hotel y restaurante de lujo, se llama U Tri Pstrosu.

Torres de Praga al final del Puente de Carlos
El hotel es ese edificio que se ve a mano derecha de la imagen, pegado a la torre.

Deodatus Damayan Damascenus fue el pionero en lo que a cafés se refiere pero, y después de él, ¿qué?

La época dorada en los cafés de Praga

Ya supondréis que estos años dorados en lo que a cafés se refieren empezaron en el s. XIX y tuvieron su esplendor en los primeros años del s. XX. La gente se había habituado ya a tomar café e ir a los locales se había convertido en una cita ineludible para cualquier persona amante de los actos sociales. Pero no solo eso, ya os lo he dicho al principio: los cafés se convirtieron en los motores culturales de la ciudad. Cada día había más cafés y en el centro de la ciudad se contabilizaban hasta un total de 120 de ellos. La fiebre cafetera había llegado.

En la época de entre-guerras Checoslovaquia vivió una época de prosperidad con una economía fuerte una clase media educada y ambiciosa. Fue durante estos años que Praga pasó de ser una pequeña ciudad de provincia perteneciente a la monarquía austríaca a convertirse en la capital animada de una joven república. En esa pequeña república lo intelectual y lo artístico empezó a entremezclarse, y los cafés fueron uno de los elementos que ayudaron a que esto sucediera. De esos cafés, de los que en aquella época supusieron un revulsivo cultural, quedan todavía algunos, y en un par de ellos nos tomamos algo – en el resto, solo unas cuantas fotos.

La decadencia

Como todo lo que sube baja – a no ser que tenga una fuerza de empuje infinita, y eso no existe –, los cafés de Praga sufrieron también su decadencia. Tras la Segunda Guerra Mundial, allá por el año 1948, Praga pasó a manos del régimen comunista los dirigentes del cual tenían la idea de los cafés como lugares elitistas, burgueses y decadentes, así que muchos de ellos fueron cerrados y otros desaparecieron para siempre del mapa. En los años 60 del mismo siglo algunos empezaron a reabrir, muchas veces conectados con pastelerías.

No solo fue la decadencia de los cafés, sino también una decadencia en lo que a la cultura gastronómica se refiere, y aquello que se servía en los locales no era ya café, sino más bien – y como diríamos en el pueblo – algo así como aiguaxirla. Tuvieron que llegar los años 2000 – y con ellos el boom turístico de Praga – para que la cultura de café volviese a estar en auge.

La actualidad

Hoy en día Praga está plagada de cafés, algunos de ellos históricos – que serán de los que os hablaré a continuación – y otros más modernos, de aires punk algunos, pero la gran mayoría de ellos tienen que ver con esa idea de café moderno industrial que podemos ver en cualquier ciudad. De esos cafés históricos, nosotros nos sentamos en dos y nos paseamos por tres más. Y son estos:

Nuestra ruta de cafés por Praga

Después de haber encontrado toda la información sobre estos lugares decidí buscar los cafés que más molaban en la ciudad. No tuve tiempo de ver todos los que me hubiese gustado – y algunos no los encontré – pero sí fui a cinco de ellos que me dejaron un muy buen sabor de boca – y nunca mejor dicho. Comienza el tour por los cafés de Praga.

El Café Nona

Este café os lo mencioné en el artículo en el que os cuento nuestro segundo día en Praga. Como os dije, pasamos por el edifico brutalista del Nová Scéna, era imposible no pararse frente a aquella mole tan diferente de todo lo que hay en la avenida Národní, así que nos metimos dentro. Había leído sobre el Café Nona, pero no había conseguido ubicarlo, así que estaba allí y no lo sabía. Pero sin pensarlo, y como hacemos siempre, comenzamos a subir la escaleras del teatro y fuimos a parar al café. Cuando lo vi dije: ¡es esto!

Café nona con la barra al fondo, sillones y sofás en el medio y librería detrças de ellos. Moqueta de color rojo y techo con apliques de forma cuadrangular.

El lugar era inconfundible, de una marcada arquitectura comunista, su interior con esos techos retroilumnados, su barra de colores rojizos y los sillones puestos en la mitad de la sala no dejaban lugar a dudas. Había encontrado el Café Nona. Así, tras una deliberación con JJ y pesando que ¡qué narices! Ya que estamos, tomemos algo nos sentamos y nos tomamos algo. Y descansamos, y aprovechamos para colgar cosas en internet – entre otras, esta foto en Instagram.

Marina sentada en un sofá del café escribiendo en el móvil.

Lo cierto es que el sitio es muy agradable, no sentimos la masa turística – excepto de nuestra propia presencia – en ese lugar. Había gente local tomando algo, leyendo, trabajando, hablando – sin gritar, siempre – y la atmósfera era maravillosa. Si tuviera que elegir un lugar de toda Praga en el que ir a tomar algo ese sería este café, aunque la bebida no fuese del todo barata – pero ya no lo es ni en mi pueblo. Por lo que respecta a lo que tomamos, Juanjo pidió un cappuccino (56 CZK +/- 2€), yo un (creo) café holandés (70 CZK +/- 2,75€) y una tarta de queso muy buena (40 CZK +/- 1,5€). En total nos gastamos 166 CZK (7€) en la merienda y pasamos un rato de lo más agradable. ¿Os lo recomiendo? Sí, sin ninguna duda. Además es un lugar en el que suelen hacer conciertos, así que os dejo su página de facebook por si estáis en la ciudad y os interesa acercaros.

Café en el centro. Un pedazo de tarta en segundo plano.

🗺¿Dónde está?: En la Avenida Národní, 1 – Nové Mesto

El Café de la Casa Municipal

En nuestro último día en Praga quise ir a ver este edificio y después de hacerlo, y como os dije en el post pasado, os recomiendo que hagáis lo mismo. En este edificio, muy bello todo él, hay además un maravilloso café Art Noveau que quita el sentido, café en el que dicen se sirven tartas tan buenas como las de Viena. Esto no lo sé yo, nuestra ruta de cafés de ese día nos iba a llevar a un montón de lugares y no podía ser estar todo el tiempo ingiriendo cafeína ni ingiriendo tartas como si fuésemos Maria Antonieta – además, que nuestro bolsillo no está para tanto capricho.

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La Casa Municipal, por su parte, es un espacio de larga historia, ya que allí fue donde se ubicó la corte real en el s. XIV, en un edificio gótico que, obviamente, ya no existe hoy. En los siglos siguientes paso por ser una iglesia y también un cuartel hasta que en el año 1902 empezó la construcción de lo que vemos hoy. En su interior encontramos la Sala de Conciertos Smetana, el templo de la música clásica en Praga, y también el café del que os hablaré a continuación – además de un restaurante y el segundo bar más antiguo de toda Europa. Apuntar también que en este lugar fue donde, en el año 1918, se constituyó la República de Checoslovaquia.

Edificio de la casa municipal visto desde su fachada izquierda, con la cúpula de tonos verdosos en la izquierda la imagen.
La Casa Municipal

No hace falta ser una experta en arte para caer rendida a los pies de la belleza de este café tan espectacular, en el que un salón enorme lleno de decoración art noveau, con lámparas enormes, estatuas en las paredes, moqueta, tonos rosados, ventanales enormes… Dicen que éste café es de los más caros de Praga aunque para ser el sitio que es, pues tampoco nos lo pareció tanto – solo ojeamos la carta. El lugar no es para nada comparable con el café anterior, ya que éste es un café bonito y elegante, bastante presuntuoso a mi juicio, pero digno de visita. Y si te apetece ya sabes donde tomar un café al más estilo burgués pero a unos precios – de momento – asequibles.

  • Interior del café art noveau de la Casa Municipal. Lamparas de cristal a los lados, mesas en el centro y bancos en las dos pares de la imagen. Techos con decoraciones de yeso y grandes ventanales a la izquierda.

🗺¿Dónde está? Republiky 5, en Josefov.

El Grand Café Orient

Otro de los cafés que tienes que ver en Praga – y en el que puedes ir a tomar algo – es el Gran Cafe Orient. Se encuentra en el Museo Cubista de la ciudad, y está muy cerca de la Casa Municipal – casi enfrente. Este café abrió sus puertas en el año 1912 en el edificio conocido como de la Virgen Negra, único ejemplo cubista de toda la República Checa. Su decoración, de mesas, sillas y lámparas cubistas es una maravilla, y si te gusta el arte y el diseño, éste es tu lugar.

Edificio cubista de fachada recta con ventanas cuadradas. Primer piso con puerta principal con grandes columnas pero de altura baja. Segundo piso con balcón y un gran lazo verde que lo cubre todo. Tercer piso de ventanas cuadradas. Cuarto piso de ventanas rectangulares. Dos pisos superiores con tejados en escalera y cuatro ventanas en cada uno de ellos.

Decir que el café estuvo cerrado durante décadas pero fue restaurado en los años 90 del pasado siglo y en la actualidad guarda el mismo aspecto que en sus inicios. Dicen que allí lo que debes tomar es su tarta conocida como cubista. Nosotros no lo hicimos por las razones que os hemos explicado antes.

El café cubista en su interior. Tonos verdes, lámparas en estilo cubista. Grandes ventanales que lo rodean todo. Gente sentada en algunas de las mesas.

🗺¿Dónde esta?: Ovocny trh 19 – Staré Mésto

El Café Slavia

Uno de los cafés más importantes de la ciudad es el Café Slavia, históricamente muy relevante por haber sido allí el lugar donde se reunían los disidentes políticos en la época del régimen comunista, entre los que se encontraba Václav Havel quien se convirtió en el primer presidente después de la época Comunista.

Gran edifico de 4 plantas de formas limpias, con ventanales en cada uno de los pisos. Parte inferior perteneciente a un restaurante. Toldos de color rojo dando a la calle.
El café se encuentra en edificio en la parte derecha de esta imagen.

El café es un sitio muy elegante, con una entrada pequeña, una fuente en medio, un espacio donde dejar los abrigos, camareros con pajarita y gente mayor como clientes. Tiene también una barra de bar un poco lúgubre pero muy interesante. Los precios no son económicos pero tampoco demasiado altos – siempre comparándolos con otras ciudades europeas – y el ambiente es un poco elitista, mucho más que en el Café de la Casa Municipal. Es un lugar chulo al que merece asomarse, y es el que encontraréis en la acera de enfrente del Teatro Municipal, haciendo esquina y tendréis unas vistas geniales sobre el río Moldava.

🗺¿Dónde está?: Smetanovo nabrezi 2 – Staré Mésto

El Café Louvre

Cierro el artículo cerrando el círculo cafetero, y me explico. Aunque he comenzado hablando del Café Nona, en realidad el primer café en el que entramos fue éste, el Café Louvre Quería ir allí porque fue el café donde se reunían intelectuales de renombre en los albores del pasado siglo, intelectuales de la talla de Kafka o Einstein. No necesitaba más excusa para acercarme hasta ese lugar que, además, estaba mu cerca de nuestro hotel. Yo quería ir al Louvre y el primer día de viaje me metí en el, pero me quedaba tomar un café allí.

Marina caminando hacia el Café Louvre. Edificio con el rótulo en grandes letras rojas en el primer piso. En la planta baja la entrada al café y a su derecha un club de jazz.

Cuentan las crónicas que este café era algo más que un lugar de reunión de los escritores e intelectuales de la Praga de aquellos años, el Louvre era su oficina. Había una sala para escribir que tenía hasta teléfono, sala que menciona Kafka en alguna de sus cartas. Además de esto, fue uno de los lugares donde se apoyó el Movimiento de Emancipación de la Mujer. Cabe tener en cuenta que los cafés tenían un marcado carácter masculino y la mujer no era bienvenida en esos espacios. Hartas de que esto sucediese a lo largo de todo el siglo XIX, las mujeres de la alta sociedad praguense comenzaron a frecuentar el Café Louvre en los inicios del s. XX, espacio donde fueron aceptadas,

Sin duda, este espacio pegó fuerte, no solo en las capas altas de la sociedad checa, sino también en los intelectuales – igual es que buscaban mecenas… – hasta el punto de convertirse casi en una facultad de Humanidades. Aquél era el lugar donde escritores como Otto Pick y Franz Werfel solían sentarse para componer sus obras o donde se reunía el llamado Circulo Filosófico Alemán, que desde el año 1902 iba allí para discutir sobre temas de actualidad. Este Círculo estaba formado por el psicólogo experimental Josef Eisenmeyer, Oskar Kraus y también algunos estudiantes como Max Brod y Franz Kafka, aunque estos dos últimos solo formaron parte del círculo durante el otoño de 1905, ya que Brod fue expulsado de él y Kafka, en un gesto de solidaridad, lo abandonó. Aún y así, estos dos intelectuales no dejaron de ir al Café Louvre, y así lo atestigua su correspondencia.

Aparador del café louvre con un gran surtido de tartas y dulces.

Como ya os dije también en el post anterior, Einstein estuvo trabajando como profesor de Física en la Universidad Alemana de Praga durante los años 1911-1912, años muy importantes para el desarrollo de su Teoría de la Relatividad, ya que allí fue donde forjó sus ideas de más peso teórico. Y como también os dije, Einstein estudiaba mucho, pero también socializaba mucho y además de ir a tocar el violín a casa de la señora Fanta en la Plaza Vieja de la ciudad, iba también a este café a charlar con gentes como Georg Pick o Vladimír Heinrich, quien acabó siendo profesor de Astronomía en la Universidad Checa.

Después de los años dorados del café llegó la decadencia y como sucedió con el resto de locales el Café Louvre cerró sus puertas en el año 1948 tras la irrupción del Comunismo. Siendo el símbolo de la Praga más elitista los comunistas tuvieron la brillante idea de lanzar todo el mobiliario por la ventana y lo arrojaron a la Avenida Narodní y cerraron el garito. Éste volvió a abrir en los años 90, después de ser restarurado – fue durante casi 40 años usado como oficina – y en la actualidad su aspecto es un poco distinto a lo que era en sus inicios, aunque mantiene la sala de billar que tanto se conocía en los años 20 del pasado siglo.

en primer plano una gran porción de tarta de queso. A la derecha un gran vaso de café latte y a la izquierda una gran taza de cappuccino. En segundo plano el tronco de marina con sudadera negra.

Y aquí fue donde nos despedimos de los cafés de Praga, sentados en uno de los bancos de este café que hoy difiere un poco de lo que fue antaño, y me refiero sobre todo en lo que a ambiente se refiere. Ya no hay intelectuales debatiendo sobre las cuestiones relevantes del momento, y si los hay se camuflan perfectamente entre las decenas de turistas que vamos a visitar este lugar. Ese aura que debía haber en aquellos tiempos pasados ya no está presente en este espacio que es muy chulo pero que se ha convertido más en una atracción turística que no un lugar al que ir para sentar las bases culturales y científicas del mundo. Aún y así, por todo lo que ha sido en el pasado, os recomiendo visitarlo y, si encontráis sitio, os recomiendo también que os sentéis a tomar algo. Nosotros así lo hicimos y nos tomamos un gran capuccino por 65 CZK, un latte macchiato especial por 59 CZK y una tarta de queso con melocotón y nata por 79 CZK. En total 203 CZK que son al cambio 8 € (más la propina, claro).

🗺¿Dónde está?: Narodní 2, Nové Mesto

Para ir terminando…

Os recomiendo mucho hacer esta ruta en Praga, la verdad es que eso de los cafés es algo que debe verse. No es solo lo bonitos que son algunos, sino también lo que han significado para algunos de los momentos de la historia. Quién sabe lo que se les ocurrió a gentes como Kafka en el Louvre y a muchos otros que desconocemos. El café ha estado siempre centro de reunión, como he apuntado antes, eran casi el ágora de la polis. Además, si lo que quieres es combinar tu viaje con Viena ya te digo que aproveches para sentarte en uno de estos locales en Praga porque en la capital austríaca los precios son desorbitados y para tomar lo mismo que allí, pues oye, me ahorro unos euros.

📍 Puedes encontrar más información prague.eu/cafes

Y te dejo el mapa con todos los cafés para que te hagas a la idea de donde están.

Una filósofa y un politólogo que amana viajar y lo hacen a pesar de los pocos recursos que tienen. Viajar es más que un capricho, viajar es una necesidad y aquellos que somos pobres en un primer mundo de opulencias tenemos derecho también a realizar nuestros sueños viajeros. Porque los pobres también viajamos.
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16 pensamientos en “Una ruta por los cafés de Praga

  1. ¡Un post súper completo! Algunas de ellas las visité (y las tengo en mi post de las cafeterías más especiales de la ciudad) y sin embargo otras no las conocía, al menos no tan bien. ¡Ya sé a cuáles tengo que ir cuando vuelva a Praga!

    ¡Un saludo!
    Eva

  2. Un post muy bueno y muy original sobre un aspecto muy concreto de Praga. Siempre es bueno tener un listado de lugares que visitar que no sean los típicos monumentos y museos; por lo tanto, me guardo el post para cuando visite Praga. Me gusta mucho visitar bares, cafés o pubs típicos cuando vamos por ahí. En fin, muy buen post, muy entretenido y muy ameno de leer. ¡Saludos!

    1. ¡Muchas gracias! Me alegra que te guste. No estaba muy convencida de si debía subirlo o no, pero al final he pensado que seguro que a alguien le gustaría tanto como a mí, y veo que ya sois más de uno al que os ha gustado. Espero que cuando visites Praga disfrutes de esos lugares inusuales de la ciudad que son los que la hacen tan especial.
      ¡Saludos!

  3. Interesante ruta por los cafés de una de mis ciudades favoritas. Yo he estado dos veces en la ciudad y sólo entré en el Louvre, así que me anoto tus sugerencias para la próxima.

    Por cierto, estupendo el nuevo aspecto del blog, enhorabuena!

    1. Primero, muchas gracias. Me alegra leer que te gusta el nuevo aspecto del blog. Es gratificante saberlo porque ha sido mucho trabajo – y sigue siéndolo.

      Lo de los cafés… es que yo me empeñé. Me encanta visitar estos lugares, sobre todo porque son los espacios donde se ha desarrollado el motor cultural de muchas sociedades. En la actualidad esto se ha perdido un poco, aunque en el Nona, en Praga, es donde se reúnen los directores de teatro para tratar los temas de sus representaciones.

      Te recomiendo que en tu próxima visita tengas en consideración hacer esta ruta – o una similar. Te encantará.

  4. Qué buena pinta tienen todos! Con las ganas que tengo de volver a Praga y conocer más del país Checo… ahora una razón más, pasar el rato en alguno de esos cafés. A nosotros también nos encanta conocer y disfrutar de esos pequeños placeres, pero creo que en Praga… le tocó la mejor parte a las cervecerías… 😆

  5. Es para ir a todos y a cada uno de los cafés que nombráis. ¡Qué gran descubrimiento! Apuntado para cuando visite Praga. Voy a ver si voy ahorrando 😉

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