A #FranciaEnTren | Aix-en-Provence día 1

 
 
Nuestro primer contacto con la ciudad provenzal ha sido verdaderamente fantástico; el ambiente es alucinante, al menos por las noches, y la ciudad se ve preciosa bajo las luz nocturna. Tras un merecido descanso en el hotel, tenemos todo un día por delante para descubrir Aix-en-Provence, ¿nos acompañáis?

El día 1 en esta bella ciudad francesa comienza para nosotros después de un merecido descanso en el alucinante hotel Roi Renné. Pero un buen día merece un buen desayuno, y eso es lo que nosotros nos disponemos a hacer rápidamente: ir a desayunar. Cuando bajamos al hall y nos dirigimos al salón no podemos creer lo que ven nuestros ojos: la cantidad de comida es ingente. Pero no comida cualquiera, aquello son obras de arte de la repostería.
En mi Instagram personal titulo esta foto como Petit-déjuner?
Nos sentimos un poco desubicados en aquel espacio tan lujoso y sofisticado, pero nos cuesta poco acostumbrarnos a la situación – qué fácilmente se adapta una a lo bueno…
Con semejante panorama decidimos invertir más tiempo del estimado en el desayuno; queremos disfrutar de la comida y del ambiente tan calmado y relajante que allí hay. Así, estamos más de una hora desayunando, lo que implica probar deliciosa repostería, increíbles panes recién horneados y fabulosos quesos. Para nosotros es todo un privilegio poder disfrutar de algo así y para mí, Marina, que soy amante de los quesos y los panes, supone casi casi tocar el cielo.
 
Satisfechos nuestros instintos más básicos y vitales nos disponemos, ahora sí, a visitar la ciudad. Nuestra primera parada va a ser la oficina de turismo de Aix, que se encuentra cerca de la fuente que preside la Cours Mirabeau. Allí vamos a buscar algo más de información, pero sobretodo vamos a enterarnos de cuáles son los horarios de autobús ya que queremos visitar la Abbaye de Silvacane y para ello debemos usr el transporte público, precio del cual es gratuito para nosotros ya que tenemos el Pass Tourisme y todos los transportes del Pays d’Aix son gratuitos mientras sea válida la tarjeta. En este momento nos llevamos un pequeño revés – muy pequeño – porque habíamos planeado visitar la Abbaye el segundo día, pero la frecuencia de bus en domingo es muy escasa y supondría invertir toda una tarde en una visita que no supone más de una hora. De este modo, debemos cambiar todos nuestros planes y decidimos ir hasta La Roque d’Anthéron – donde se encuentra la abadía – esa misma tarde.
 
Pero ahora, lo primero que hacemos es algo necesario y obligatorio en Aix: una foto al personaje más ilustre de la ciudad, Paul Cézzane.
Bueno, igual no es lo más necesario, pero mola

Y después de ello, caminamos a lo largo de la Cours Mirabeau para adentrarnos en la Vieille Ville y disfrutar de los mercados provenzales que hay.
 
 
¡Cómo cambian los lugares cuando se miran bajo la luz del día! La Ciudad Vieja sigue siendo preciosa, pero ahora los colores son totalmente distintos; los tonos ocres de las casas, como si fueran construcciones de arena, con esas ventanas francesas tan características, el olor a pan recién hecho… A medida que nos acercamos a los mercados – podéis encontrar señales en toda la parte vieja de la ciudad que os indican el camino – el barullo se va haciendo mayor, y es que en Provenza todo el mundo va al mercado a comprar.

Tanto el mercado de frutas y verduras, como el de las flores, son un festín para los sentidos. Los colores brillantes de los vegetales, los girasoles, el constante perfume a lavanda, el persistente olor a queso. Todo ello unido es un espectáculo que bajo nuestra mirada de viajeros confiere un tamaño mayor aún.


En la misma plaza del mercado de las flores de Aix encontramos el Ayuntamiento, con la antigua Torre del Reloj, que se ha convertido en el lugar de encuentro para turistas y habitantes de la ciudad.

Desde este punto, y cruzando la Torre, nos dirigimos a la catedral de Saint-Saveur, construida sobre un antiguo templo dedicado a Apolo, de una arquitectura rica que abarca desde el siglo V hasta el XVIII. Esto supone que la catedral tenga un aspecto desordenado pero verdaderamente interesante, siendo uno de los monumentos más visitados de Francia. Para acceder a la catedral no debemos mostrar, todavía, nuestro Pass porque la entrada es gratuita.


Desde la catedral decidimos continuar hasta el Boulevar Aristride Briand para llegar al Musée Granet [link aquí], situado en el antiguo palacio de Malta, y que ha sido clasificado como uno de los más bellos de Francia. En este museo, donde encontramos obras de Cézanne, Ingres, Picasso o Klee, aunque también escultura y arqueología. Es aquí cuando utilizamos por primera vez nuestra Pass entrando de forma gratuita al museo [la tarifa normal son 5€], que comprende también el acceso a Granet XXe, en la Plaza Jean Boyer y en una antigua capilla, donde se exhiben obras de Monet, Van Gogh o Picasso. 


Se debe tener en cuenta, cuando visitemos el Musée Granet, que en la misma plaza de San Juan de Malta se encuentra la iglesia, del siglo XXI, con el mismo nombre y que es verdaderamente bella.

Y es en este punto de la ciudad donde distinguimos claramente los dos barrios que conforman Aix-en-Provence, siendo este el de Mazarin donde los palacios barrocos abundan y las calles se vuelven rectas y ordenadas, a diferencia del casco antiguo donde el urbanismo medieval es muy patente.

Aunque el calor es sofocante ese día, es delicioso callejear por el barrio Mazarin para llegar del Musée Granet hasta Granet XXé, donde completamos la mañana museística. 

Después de la mañana cultural nuestra intención es ir hasta La Roque d’Ànthéron para visitar la Abbaye de Silvacane, así que nos dirigimos hasta la estación central de autobuses – donde bajamos el primer día – para tomar autobús 250 con parada en Silvacane. El trayecto, tanto de ida como de vuelta, es gratuito con el Pass, así que no vamos a pagar nada extra, como tampoco la entrada a la abadía [la entrada son 7,5€] que entra también en el cupo de monumentos a visitar gratuitamente con la tarjeta de la ciudad [página web de la abadía en este enlace].

Abbaye de Silvacane

La abadía cistercense de Silvacane se remonta al año 1144 cuando monjes venidos de Morimond fundan este lugar dándole el nombre de Silva Cana (esto es, bosque de rosas).Los monjes consiguen desarrollar su proyecto gracias a sus conocimientos sobre agricultura, además de las cuantiosas donaciones hechas por las familias señoriales locales. La iglesia comienza a ser construida en el año 1175, y durante los siglos XII y XIII el auge económico y espiritual de la abadía permite fundar otra en Valsainte. Pero a finales del siglo XIII la abadía empieza a perder importancia debido a la llegada de los monjes de Montmajour, la gran Peste, las desavenencias civiles, la guerra de los Cien años y la pérdida de poder de las órdenes monásticas.Diversas funciones son las que desarrolla la abadía durante los siglos posteriores hasta que en época revolucionaria es declarada bien nacional y transformada en explotación agrícola. en el año 1846 es restaurada y en el año 1945 la dan la calidad de Monumento histórico.

 
Son 40 los minutos que nos separan de la abadía, y los pasamos transitando por carreteras estrechas y curvadas, pudiendo ver por primera vez en toda nuestra estancia la montaña Santa Victoria cuando salimos de la ciudad. Al llegar a la abadía debemos bajar una cuesta y es entonces cuando podemos acceder al edificio, del que se pueden visitar, actualmente, todas las estancias.
 


La visita a la abadía ocupa más o menos una hora de nuestro tiempo, y después de haber paseado por todos y cada uno de los espacios visitables, nos sentamos en unas sillas y nos relajamos en aquel lugar tan bello donde la tranquilidad es absoluta.

 
Pero es hora de regresar a Aix-en-Provence y debemos tomar de nuevo el autobús, dándose uno de los pocos incidentes que tendremos durante el viaje ya que el conductor no tiene conocimiento que con el Pass puedes viajar de forma gratuita en el bus y piensa que queremos colarnos – él y otras dos señoras allí sentadas que nos ponen a parir. Así, con mi francés nivel de pueblo y folleto en mano le muestro al señor del autobús que no, que no es que no queramos pagar, es que no debemos.

Una vez llegamos a la ciudad damos otra vuelta por el casco histórico porque, creed esto que os decimos, es verdaderamente bonito, Además, aprovechamos para paseamos por el mercadillo de artesanía que hay instalado en la Cours Mirabeau.

Con el calorazo que hace todavía a estas horas de la tarde decidimos, por unanimidad, irnos a la piscina del hotel y refrescarnos un poco – y ya de paso, disfrutamos de las instalaciones del hotel. Después del chapuzón, nos damos la ducha de rigor y nos disponemos a cenar fuera. Si, habéis leído bien, ¡vamos a cenar fuera! Increíble, lo sabemos, pero es que la tentación es máxima con tantos restaurantes coquetos que hay repartidos por toda la ciudad. Acabamos cenando en un restaurante encantador llamado La Calèche [Rue de la Masse, 10], en la parte de la ciudad vieja, que nos saldrá por unos 20€ por cabeza, bebidas incluidas.



Y es así, con las panzas llenas y los pies cansados, como terminamos nuestro primer día en Aix-en-Provence. Nos espera ahora un buen descanso en el hotel ya que al día siguiente quedan aún muchas cosas por hacer.

Más información

Tenéis ya los links de los distintos lugares a visitar en el texto y también los precios del as entradas, pero los volvemos a poner aquí para que estén más ordenados:
    • Abbaye de Silvacane: precio normal 7,5€. Para llegar desde Aix-en-Provence debéis tomar el autobús nº250 con parada Silvacane, que sale desde la estación central de autobuses, cercana a la Cours Mirabeau. Consultad los horarios dependiendo del día que queráis viajar, y podéis conseguirlos en la misma estación o en la Oficina de Turismo.
    • Musée Granet y Granet XXé: precio normal 5 €. En la plaza de San Juan de Malta y de Jean Boyer respectivamente. El primero requiere de dos horas completas para ser visitado, el segundo algo menos. En invierno abierto de 10:00h a 18:00h, y en verano hasta las 19:00h. Los horarios de verano son de 10:00h hasta las 18:00h, y en invierno cierran a mediodía, y hasta las 17:00h.
    • Catedral Saint Sauveur: de entrada gratuita.
    • Mercados

• ARTESANÍA Y ANTIGÜEDADES | martes, jueves, sábado | place Verdun

• FRUTAS Y VERDURAS | martes, jueves, sábado | place des Prêcheurs

Todos los días | place Richelme

• FLORES | martes, jueves, sábado | place de l’hôtel de ville

• TEXTIL | martes, jueves | cours Mirabeau

• LIBROS ANTIGUOS Y DE OCASIÓN

 

 
 
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