Cuando viajas no todo está planificado, y eso a veces es bueno, aunque otras no tanto. A veces te encuentras con algún que otro contratiempo que te impide visitar ciertos lugares, aunque otras descubres nuevos lugares gracias a la visita de otros destinos. Y este es el caso de Lerma
Lerma aparece a lo lejos impresionante: la silueta de su Palacio Ducal – ahora Parador de Turismo – es inconfundible. De verdad no os miento si os digo que aquello conmueve el espíritu de una, y es que se trata de un mamotreto impresionante, enorme, desproporcionado incluso para el entorno. Casi da susto cuando se aparece en medio de la ruta, de verdad. Qué barbaridad…
Pero a Lerma se llega y una plaza enorme – en consonancia con el Palacio – es la carta de presentación de la localidad. Como pasa con el Palacio Ducal, la plaza nos parece desproporcionada para lo pequeña que es la población – como pasa con la famosa plaza de Medinaceli. En esta plaza es donde aparcamos, y donde empezamos nuestra ruta que comprende los siguientes lugares.
Qué ver en Lerma
Plaza Ducal
O Plaza Mayor de Lerma, y como ya os hemos dicho, es donde empieza nuestra ruta. Esta plaza es también conocida como Gran Plaza, y no nos extraña que así sea porque tiene cerca de 7000 metros cuadrados. Esta plaza, como todas las plazas, fue mercado, y también coso taurino, además de corral de comedias. En su origen estaba totalmente porticada, aunque en la actualidad son solo dos de sus alas las que mantienen estos elementos arquitectónicos.
Palacio Ducal | Parador de Turismo
Como siempre os decimos, visitar los Paradores de Turismo es gratis por ser de titularidad pública y algunos de ellos – como éste de Lerma – ser edificios históricos. Y nosotros lo que hacemos siempre cuando visitamos una nueva localidad es meternos dentro del Parador.
Francisco de Sandoval y Rojas, I Duque de Lerma, un señor un poquito corrupto – puedes leer su historia aquí, o aquí, o aquí también – mandó construir, en el año 1601, esta barbaridad de Palacio que, como ya hemos dicho, es hoy Parador de Turismo.
Este Palacio Ducal es de arquitectura herreriana, tenía en su origen grandes jardines, palacetes, fuentes y siete ermitas de las que solamente queda una conocida como del Cristo. Su arquitecto fue Francisco Mora, considerado uno de los mejores de la época.
Aunque la fachada nos pueda parecer austera – y lo es – lo mejor del Palacio lo encontramos una vez nos adentramos en su interior y vamos a parar a su elegantísimo patio. El cuerpo inferior de éste esta formado por arcos de medio punto, con fustes de piedra de una sola pieza. En la actualidad está cerrado en la parte superior, aunque de modo que la luz natural se filtre sin ningún tipo de problema.
¿Dónde está?: Plaza Mayor, 1
La visita es libre, siempre que el hotel esté abierto.
Podéis encontrar más información en la página de Paradores, en la web de Turismo de Lerma y también en este artículo de Arteguías.
Ex-Colegiata de San Pedro
En uno de los rincones con más encanto de Lerma encontramos esta iglesia de grandes dimensiones, consagrada en el año 1617. Su exterior, bastante elegante y austero, está coronado por una torre articulada en cuatro cuerpos.
Su interior rompe totalmente con la imagen austera del exterior, y es que se trata de un estilo de lo más medieval y renacentista, con bóvedas góticas ricamente ornamentadas. Podemos encontrar aquí la pila bautismal del s. XIII, que es la pieza más antigua que se conserva en el edificio. el retablo y el coro son también elementos a destacar de este lugar.
¿Dónde está?: Plaza de San Pedro
La información sobre visitas a la Ex-Colegiata las encontraréis en la oficina de turismo de la localidad (Audiencia,6, Bajo).
Si queréis ampliar la información, podéis dirigiros aquí.
Plaza de Santa Clara
Es éste otro de esos tantos lugares con encanto que podemos encontrar en Lerma, y que se encuentra entre el monasterio de Santa Teresa y Santa Clara. La plaza la cierra unos arcos que son el sustento del pasadizo ducal, que conecta el Palacio con otros edificios de la localidad. Además, y desde este punto, asomada a los arcos, se tienen unas vistas impresionantes de todo el entorno de la localidad.
¿Dónde está?: Plaza de Santa Clara
Encontraréis más información en la web de turismo de Lerma.
Dar un paseo por sus calles
Sí, como siempre decimos, lo mejor que se puede hacer en lugares como estos es perderse por sus calles y dejarse seducir por los encantos de localidades como Lerma. En Lerma se mantienen algunas casas medievales que podemos encontrar tras haber pasado el arco de entrada, en la calle del Reventón, la Paloma, de Santa Caliopa o de José Zorrilla.
Y si Lerma tiene una calle dedicada a José Zorrilla es porque allí este afamado escritor pasó algunos de sus mejores momentos, pero también de los peores, y este paso por la localidad burgalesa se puede recordar hoy en día con una breve ruta por el pueblo en el que textos y poemas del autor acompañan las distintas localizaciones.
Además de Zorrilla, otro de los vínculos que tiene Lerma con la literatura es la obra escrita por Lope de Vega, La burgalesa de Lerma, una comedia teatral que tiene su origen en una historia real que tuvo lugar en las fiestas cortesanas que el monarca Felipe III ofrecía en la Villa Ducal por influencia de su valido Francisco de Sandoval y Rojas, y que se prolongaron durante días.
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La localidad de Lerma, además, está plagada de conventos y monasterios, conventos en los que viven casi un centenar de religiosas a dia de hoy. Su peso como Villa Ducal se ve reforzado también por haber sido, en la Edad Media, paso obligado de la Cañada Real Burgalesa que une Extremadura y la Sierra de la Demanda. También cabe decir aquí que es en la actualidad miembro de la red de los pueblos más bonitos de España, por lo que el atractivo turístico se multiplica.
Sin duda Lerma es otro de esos lugares que se deben visitar en la provincia de Burgos; es otro de esos pueblos con encanto, pero esta vez con aire señorial, que tanto nos gusta descubrir y que tanto abundan en España.
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