Estany de Banyoles, o el lago inesperado


La de Girona, para nosotros, es la provincia más lejana de Catalunya y, por ello mismo, a la que menos nos hemos planteado viajar. Tarragona es casi nuestra tierra, aunque seamos valencianos, ya que nos separan escasos quilómetros del río Sènia, frontera natural entre dos tierras hermanas. Hacia Lleida tenemos carretera directa y te plantas allí en un par de horas, además, nos sentimos como en casa, porque ¡hablamos exactamente igual! De Barcelona… qué decir, para nosotros ha sido siempre lo mismo ir a València que a Barcelona – de hecho, viví allí durante seis años – y es de lo más normal desplazarte hasta la capital catalana, aunque estés tres horas y media yendo en un tren regional. Pero Girona… ¡ah! Girona, señoras y señores, era para nosotros otro mundo, no nos pregunten por qué… no sabríamos responderlo. Habíamos estado en Besalú de camino a Francia hace ya un par de años, pero nada más, y con este viaje hemos descubierto un territorio absolutamente fantástico, maravilloso. Entre esas cosas fantásticas y maravillosas de las que hemos podido disfrutar por primera vez se encuentra el Estany de Banyoles. Nuestra historia comienza así:


¿Han escuchado ustedes hablar nunca del negre de Banyoles?Pues creo que yo, desde que tengo conciencia he oído, una y otra vez, contar a mi madre no sé qué historia del negre de Banyoles, y también del monstre de Banyoles, y venga a hablar de Banyoles. Xé, Vicentica! No’starà bé ja! Tantas veces me ha hablado mi madre de Banyoles que cuando decidimos viajar a la Costa Brava me dije que teníamos que visitarlo. De hecho, mi madre dijo: anireu a Banyoles?Y sí, fuimos a Banyoles


Banyoles es una población catalana capital de la comarca Pla de l’Estany, y el nombre se lo da el lago junto al que los pueblos han ido creciendo. Cuando nosotros vamos hasta esta localidad pretendemos, primero, echar un vistazo al lago y, después, dar un paseo por su núcleo urbano. Así, nada más llegar, seguimos las señales que nos llevarán hasta el ansiado Llac de Banyoles. De este lago hemos leído que, junto a las varias lagunas próximas a él, es el mayor conjunto lacustre de la Península Ibérica. Eso es lo que hemos leído, pero cuando llegamos allí vemos una extensión de agua, sí, grande, pero bueno… que no es para tanto. Bueno, ya que estamos nos metemos en la oficina de turismo y preguntamos qué podemos hacer en Banyoles y alrededores. Es entonces cuando la mujer que trabaja allí nos dice que podemos dar una vuelta al lago y que debemos invertir un par de horas, o un par de horas y media porque son 8 kilómetros.¡¿PERDONA?!¡¿8 KILÓMETROS?! Y… ¿dónde están?Salimos de la caseta de turismo después de hacernos con mapas de la localidad, de la Garrotxa y de un montón de cosas más y comenzamos a pasear con nuestras bambas de no-caminar [error]. Miramos el mapa, miramos el lago y nos decimos: bien, cuando nos hartemos, damos media vuelta y a otro sitio que vamos.

La primera parte del recorrido transcurre al lado de la carretera y nos recuerda a la ruta del colesterolde nuestros pueblos, nada destacable, algún que otro árbol bonito, el lago a un lado y coches – no muchos – al otro.



Pero seguimos andando porque a un kilómetro más o menos se encuentra la iglesia románica de Santa María de Porqueres y, como es románica, queremos verla. Se encuentra sobre una colina, al suroeste del lago y debes salir del radio de acción del mismo para llegar hasta ella.

La iglesia románica de Santa María de Porqueres data del s. XII y, aunque es bella por todas partes, tiene dos elementos a destacar. El primero de ellos es la portada formada por cuatro arcos de herradura en degradación y muy escalonados. De estos arcos, los dos intermedios se apoyan sobre otros dos pares de columnas con capiteles fantásticamente decorados con motivos vegetales. En dos de estos capiteles encontramos leones enfrentados. Además, el arco interior tiene veintidós medallones ligeramente cóncavos – son los únicos existentes en el románico catalán – con motivos humanos, geométricos y animales. El segundo elemento destacable de esta bella iglesia es el alucinante arco triunfal que separa al nave del presbiterio, que descansa sobre dos columnas coronadas por capiteles e impostas. Si nos fijamos en los trabajos arquitectónicos de molduras como de capiteles vemos que éstos son de un nivel altísimo. En las impostas aparecen un pantocrátor y la Virgen con el Niño y los doce apóstoles por una parte y, en la otra, Adán y Eva acompañados de ángeles.


Quedamos alucinados ante esa iglesia pequeña y preciosa, y nos detenemos ante la portad sin poder quitarle la vista de encima ni dejar de contemplar los magníficos elementos decorativos que la adornan.



El interior no es menos desmerecedor, y esa austeridad y robustez del románico que tanto nos gusta se hace absolutamente presente en Santa María de Porqueres. Vale verdaderamente la pena apartarse del camino para visitar esa pequeña maravilla del s. XII.



Decidimos volver a la ruta contentos porque Santa María de Porqueres ha redimido el pecado que hemos cometido al desplazarnos hasta Banyoles. Continuamos caminando y vamos metiéndonos entre la vegetación, la mucha que hay – y no veíamos antes. Nos adentramos en miradoresy… ¡WOW! Aquél lugar es alucinante. Empezamos a ser conscientes de los 8 km de perímetro que debemos andar, pero nos parece que van a ser verdaderamenet bellísimos.



El perímetro del Estany de Banyoles está lleno de miradores, embarcaderos y lugares escondidos en los que debes detenerte, sentarte y contemplar. De los lugares más alucinantes del lago uno es el Clot d’Espolla, una laguna intermitente que se llena de tanto en tanto, pero que cuando nosotros vamos está seca. Otro de los elementos característicos del lago de Banyoles son les pesqueres, que comenzaron como elementos para poder pescar pero que a lo largo de los años han ido modificando su función, y con la llegada de la burguesía a Banyoles se convirtieron, algunas de ellas, en residencia. En total encontramos 20 pesqueras, algunas de las que son verdaderos palacetes flotantes.



Otro elemento de interés, y que se encuentra casi al final del recorrido, es el Parque Arqueológico la Draga, un poblado neolítico del IV milenio antes de nuestra era, y que tiene gran importancia porque es el único lugar de la península ibérica donde se han encontrado mangos de madera u otros utensilios hechos del mismo material. 


En definitiva, que el lago de Banyoles nos pareció, a priori, que estaba sobrevalorado y acabamos prendados de ese lugar. Os recomendamos, fervientemente, que visitéis un lugar tan mágico y maravilloso como es l’Estany de Banyoles.



Datos de interés:


Si queréis saber más sobre La Draga, pinchad aquí(en català).
Los horarios de visita son los siguientes:

De junio a octubre:
Sábados y domingos a las 12 h. 
Primer domingo de mes: visita y demostraciones de actividades prehistóricas.
Grupos escolares y turísticos: abierto todo el año con reserva previa.

Para conocer más sobre Banyoles, pinchad aquí.

Si queréis hacer el recorrido por el lago, llevad calzado cómodo ya que son 8 kilómetros. Cerca de Banyoles pueden hecerse, además, multiples rutas senderistas por montaña; preguntad en la oficina de turismo.

Y para terminar, un par de fotos instagramers:

Aquí lo que decía ese día en mi cuenta personal de Instagram:

Una foto publicada por Marinator (@marinator_sofos) el 30 de Mar de 2016 a la(s) 3:55 PDT

//platform.instagram.com/en_US/embeds.js Y aquí lo que decíamos en nuestra cuenta bloggera:

//platform.instagram.com/en_US/embeds.jsSi te ha sido de utilidad…¡COMENTA,VALORA,COMPARTE!

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