Qué no puedes perderte en Budapest – a ojos de Los Pobres También Viajamos

Budapest es una de las ciudades más visitadas de Europa y con razón porque su belleza es indiscutible y toda la historia que se respira en sus calles hacen que un viaje de 4 o 5 días a la capital de Hungría sea algo que todos deseamos hacer alguna vez en la vida. Cuando viajas a Budapest te preguntas qué cosas vale la pena hacer y cuales no, y nunca nada será definitivo porque todo depende de los gustos personales. Aunque esto sea así quiero ayudarte a programar tu visita a la capital húngara con todas estas actividades que creo no debes pasar por alto en tu viaje a Budapest.


La lista, por decirlo de algún modo, es una lista personal, es lo que yo he hecho y, por lo tanto, lo que te recomiendo hacer. No quiere decir ello que coincidas en todo ni que te apetezca hacer las mismas cosas que a mí – faltaría –, ni tampoco quiere decir que esto es lo único que puedes hacer en Budapest. En este caso es para lo que te dan 4 o 5 días, lo haces casi todo a pie y sin prisa.

Algunos consejos iniciales

Visitar Budapest te va a llevar algo más que un par de días. A mi juicio un fin de semana no basta, tienes que estar más tiempo, si no te perderás cosas que son cruciales en la cultura aquincense como disfrutar de una ópera o pasarte media jornada en sus baños.

Otra cosa que quiero explicarte, yendo más allá de lo que puedes hacer o no, es la cuestión de en qué lugar vas alojarte. Como sabes Budapest se divide en Buda y Pest. La primera es la parte del Castillo y el Bastión de los Pescadores y la segunda es la parte del Barrio Judío, a la otra orilla del Danubio. Pues bien, yo te recomiendo que te alojes en Pest, y si puede ser en el Barrio Judío, mucho mejor. ¿Por qué me decanto por esta opción? La primera razón es que en Pest está toda la vida de la ciudad ya que Buda me pareció una zona en la que solo hay hoteles y zonas residenciales, sin mucho más que ofrecer. En cambio Pest es donde están todos los servicios de la ciudad, además de tener una vida nocturna muy animada. Ten esto en cuenta cuando vayas a planificar tu viaje, y te dejo el enlace del apartamento donde nos alojamos nosotros.

Otra de las cosas que quiero comentarte es dónde puedes cambiar dinero. Cuando viajas a países en los que el euro no es moneda oficial pero sí están en Europa debes tener en cuenta que el cambio de dinero va a ser obligatorio. Claro está que en muchos lugares puedes pagar con tarjeta y sin recargo, yo me compré unos pendientes en el museo de la ciudad que al cambio no eran más de 2 o 3 euros y pagué con tarjeta, pero en muchos otros sitios tendrás que pagar con dinero, sobre todo si quieres acercarte al comercio local – mercados o tiendas que no son grandes superficies. Nosotros cambiamos dinero en dos lugares distintos. El primero una gran cadena de cambio que al final resultó no ser nada favorable para nosotros, y el segundo una pequeña casa de cambio que había en la calle Király utca, que se encuentra al lado de un restaurante turco donde venden kebabs a menos de 2 euros – dato también a tener en cuenta. Esta segunda casa de cambio fue la más favorable para nosotros, no vimos en ninguna otra parte de la ciudad un lugar donde los euros nos rindiesen tanto así que tenedla en cuenta.

Y ya, con estas consideraciones iniciales, vamos a por los sitios y actividades que no puedes perderte en Budapest.

Qué hacer en Budapest

1 Visitar la Basílica de San Esteban

Obviamente esto es algo que vas a hacer sí o sí, ya que es uno de los monumentos de Budapest que no puedes pasar por alto. Lo harás por un par de cosas que ahora te voy a contar. La primera de ellas nos lleva a una mano que dicen ser la de San Esteban de Hungría, fundador del reino, y que está allí descansando como reliquia. Lo segundo es que se trata del edificio más alto de Budapest junto al Parlamento, con sus 96 metros de altura hasta los que llega la enorme cúpula inspirada en la cúpula del Vaticano.

Esta basílica, de arquitectura neoclásica aunque de un estilo ecléctico, comenzó a construirse en el año 1851 y se terminó en el año 1905. Durante la Segunda Guerra Mundial sufrió muchos desperfectos por lo que tuvo que ser restaurada.

La entrada a la catedral se supone que es gratuita pero van y te dicen que hay una donación de 200 florines – no es mucho dinero, pero oye, no lo llames donativo si te obligan a hacerlo – y está abierta todos los días de la semana.

2 Subir a la torre de la Basílica de San Esteban

Las mejores vistas de la ciudad de Budapest las vas a tener desde aquí, y subir te va a costar 500 florines. Es algo que debes hacer sí o sí y es que desde allí arriba tienes unas vistas de 360º que te van a dejar con la boca abierta.

Tienes una entrada que te permite subir solo a la cúpula y otra con la que puedes visitar un museo que, la verdad – aunque la diferencia de precio no sea mucha – no vale demasiado la pena.

3 Pasar una tarde en los baños Széchenyi

De sobras es sabido que las aguas termales en Budapest son casi religión. Los oriundos de la ciudad pasan allí horas y horas, ya sea antes de trabajar, a mediodía o después de una dura jornada en la oficina. Incluso en verano las gentes de la ciudad pasan horas y horas metidas en esas aguas que huelen a huevo podrido pero que son tan beneficiosas para la salud.

Si los de Budapest lo hacen, ¿por qué no lo vas a hacer tú? Hay un montón de baños en la ciudad (hasta 8) pero no todos son iguales. Nosotros no los visitamos todos – ¿cómo vamos a hacerlo en 5 días y con nuestro presupuesto? – pero sí decidimos ir a unos de los más conocidos, los baños Széchenyi.

A diferencia de lo que piensa mucha gente, pasar un día en estos baños no es nada caro, al cambio te sale por 20 y pocos euros y puedes estar tanto tiempo como quieras. Ten en cuenta que son las termas más grandes de Europa así que si quieres disfrutarlas al completo tiene que pasar allí muuuuuucho tiempo.

Nosotros decidimos ir por la tarde, ya que a partir de las 19:00h es más económico. Ten en cuenta que los baños abren hasta las 10 de la noche, así que tendrás 3 horas por delante para disfrutar de todo el complejo. Ahora, organízate bien porque te puede pasar como a nosotros, ya que pasamos mucho rato en la piscina exterior y después no pudimos disfrutar de todo lo que nos ofrecía el interior.

Tienes distintas modalidades de entrada, algunas ofrecen cabina y otras gabinete. El gabinete es menor que la cabina pero en él te puedes cambiar igual sin ningún tipo de problema y te saldrá por unos 5200 florines que para lo que te ofrece, y a mi juicio – y habiendo en otros sitios similares – no es nada caro. Ten en cuenta que en fin de semana el precio aumenta y que puedes, incluso, hacer visitas guiadas, y disfrutar de masajes, y contratar paquetes de spa… eso ya dependerá de tus gustos y presupuesto.

Deciros que nosotros estuvimos en enero, con una temperatura ambiente de 4ºC, y que descubrimos que si lo que querías era salir al exterior lo mejor era meterte en la sauna y poner el cuerpo a tope para no sentir el frío – bueno, eso lo hacen ya los nórdicos, qué narices vamos a descubrir nosotros. Es genial ir en bañador cuando hace un frío de narices y con todo el vapor alrededor, para mí es de lo mejor que vas a poder hacer en Budapest.

4 Visitar los Ruin Pubs

Otro de los imprescindibles de Budapest es salir a tomar algo a los ruin pubs. Estos lugares nacieron de la necesidad de locales de ocio después de la época comunista, cuando se ocuparon viviendas enormes – algunas parecen mansiones – y se destinaron al jolgorio y la diversión.

En la actualidad en Budapest hay más de 10 ruin pubs que abren todos los días de la semana y en los que se realizan conciertos, fiestas y actuaciones de DJ’s. De entre todos los ruin pubs que hay en Budapest el que mejor representa el espíritu auténtico de estos lugares es el Szimpla Kert ya que fue el primero en abrirse y el que todavía se mantiene más o menos como entonces.

El Szimpla, en pleno barrio judío, está ubicado en un gran edificio dividido en muchos ambientes distintos en los que puedes disfrutar de conciertos en directo, música tradicional húngara – hasta bailes –, música electrónica, tomar una bebida tranquilamente escuchando jazz, también puedes bailar salsa e incluso comer. Seguro que este lugar te suena porque en el patio interior hay un coche antiguo que se usa como mesa, y también por ese maniquí rosa con una televisión en la cabeza que se encuentra en medio de las escaleras. Nosotros estuvimos allí un lunes escuchando música tradicional húngara y bebiendo deliciosa cerveza a menos de 2 euros la pinta y también estuvimos el último día por la noche repitiendo la jugada, pero sin música tradicional, y es que cada día de la semana estos pubs tienen una agenda determinada: conciertos, mercadillos, dj, fiestas temáticas… Lo mejor es que mires en sus webs y te informes de las actividades que llevan a cabo los días en los que tu estés por la ciudad.

Hay otros lugares en Budapest similares a éste, y muchos de ello se encuentran en el mismo barrio. Nosotros visitamos alguno más y no nos gustó. Os explico mi experiencia. Cuando buscaba información sobre estos lugares, googleando, encontré que alguien comentaba que en uno de esos pubs tenían comportamientos racistas aunque al leerlo en inglés y de manera rápida no hice mucho caso. En nuestra última noche en Budapest decidimos regresar a los ruin pubs a tomar algo y llegamos a éste. Flipamos. Aquello era enorme. Acceder a él no nos supuso ningún tipo de problema, como había sucedió en el Szimpla nos cachearon a la entrada y pasamos – la entrada es en su mayoría gratuita. En el interior un montón de salas donde había conciertos de rock, un sótano pequeñísimo donde un DJ pinchaba techno que sonaba como los ángeles – y no me gusta el techno –, salones para descansar o locales donde comer. La decoración era espectacular y de verdad que el sitio ocupaba como media manzana, increíble. Al final decidimos ir en busca de otros ruin pubs y al salir sucedió: un chico negro quiso entrar. El machaca le paró y le dijo que allí no entraba. ¿Cuál era la razón? Que era negro.

Además de este lugar encontramos otro en el que las chicas entraban gratis – ya no solo racista, sino también machista –, lugar al que no accedimos, obviamente. Aunque no es de extrañar el asunto, Hungría es una sociedad bastante cerrada, solo hace falta fijarnos en las políticas de su sacrosanto presidente del gobierno.

Ah, a partir de las 12 de la noche ni se te ocurra gritar por la calle porque te vendrá la policía y te multará. Mira, eso sí me parece bien.

5 Visitar la ópera de Budapest

La ópera de Budapest es una de las más bonitas de Europa. Cuando nosotros visitamos la ciudad el edificio estaba en obras y no hicimos visita guiada – eso no nos interesaba – aunque si nos asomamos al salón principal, de una belleza muy de imperio austrohúngaro.

Quiero que sepas que ir a la ópera en Budapest es una tradición muy extendida por lo que algo que no debes pasar por alto es el siguiente punto.

6 Asistir a una ópera

Casi una obligación. Así como creo que debes asistir a una ópera si viajas a Viena, no puedes dejar de hacer lo mismo si viajas a Budapest. Además, asistir a una ópera en Budapest es muy barato, mucho más que cualquier visita guiada que hagas al edificio en el que te saldrá un cantante y te hará una mini actuación que tú creerás que es ópera pero en realidad es una turistada – lo siento, pero tenía que decirlo. Si quieres vivir una verdadera noche en la ópera, por favor, busca entradas que por 7 euros vas a poder ir.

Nosotros, por desgracia, no pudimos disfrutar de la ópera en el Teatro de la Ópera por estar en reformas pero aún así asistimos a la representación de Tosca en el Teatro Erkel. Fue igualmente alucinante ya que la representación fue llevada a cabo por la compañía del Teatro de la Ópera, aunque me queda pendiente regresar a Budapest para asistir a una representación de ópera en el lugar que toca.

Te dejo la web oficial de la Ópera de Budapest por si te pica el gusanillo y te apetece ir a una representación – que espero que sí:
https://www.opera.hu/programme

7 Subir al Bastión de los Pescadores

El Bastión de los Pescadores es una de las imágenes más icónicas de la capital de Hungría. Antes de llegar debes saber que aquello es una construcción moderna, como casi todo lo que veas en estilo semejante, será neogótico o neorománico. En Budapest no había de eso así que decidieron construirlo en el s. XIX, aunque este punto en concreto se encuentra en lo que fue la antigua fortaleza de al ciudad.

Si se decidió construir el Bastión allí, durante los años 1895 y 1902, no fue por la situación estratégica desde la cual se domina toda la vista de Pest, sino para conmemorar la existencia de un mercado de pesca medieval que había en los alrededores. El bastión, como te he dicho, es neorománico y neogótico y está formado por siete torres cada una de las cuales representan a una de las tribus magiares que se establecieron en este área en el año 896 – luego te cuento algo del número 96. Como no podía ser de otra manera, el Bastión sufrió estragos durante la Segunda Guerra Mundial y tuvo que ser rehabilitado.

Sé que es uno de los sitios de Budapest a los que debes ir y donde las fotos quedan mejor pero a mí me decepcionó un poco. Me esperaba otra cosa y me encontré con eso. Pues bueno, a gustos, colores. Decirte también que nosotros accedimos a él caminando habiendo cruzado primero el Puente de las Cadenas, la mejor manera de recorrer Budapest.

8 Viajar en el metro más antiguo del Continente Europeo

Aunque todo lo hicimos casi a pie quisimos subir en la línea de metro más antigua del Continente Europeo. Aunque la primera línea de metro se inauguró en Londres, si lo que queremos es saber cuál fue la primera en funcionar en el continente debemos fijarnos en la línea 1 del metro de Budapest.

Nosotros subimos a esta línea de metro para ir hasta la zona de los baños, donde se encuentra además otro de los puntos más interesantes de la ciudad – y del que te hablaré después. Viajar en metro por Budapest no es muy caro si lo miramos desde la perspectiva española, pero tampoco es demasiado barato, y viaja siempre, siempre, con billete. Los revisores si te ven cara de turista se lanzan a pedirte, no de forma demasiado educada, el billete. Si no lo llevas el sablazo va a ser considerable, así que tú mismo.

9 Probar la gastronomía típica

La gastronomía húngara es muy rica y Budapest, siendo todavía una ciudad en la que el turismo no lo ha fagocitado todo, puedes disfrutar de platos típicos del país a un precio más que razonable. Nosotros, en nuestro viaje, estábamos en un apartamento así que muchas comidas las hicimos allí, aunque también salimos a la calle a comer algo y decidimos hacerlo en el Mercado Central que, no siendo el lugar más económico de toda la ciudad, no nos pareció caro – visto desde la perspectiva de España.

Tomamos gulash, ya sabéis, esa especie de estofado de carne que llega a picar un montón y que está muy bueno y aunque se cocine en muchos de los países de Europa central y del este debemos saber que su país de origen es Hungría.

También probamos otro tipo de platos acompañados de una pasta parecida a los ñoqui muy buena, con salsas que iban de lo suave hasta lo picante infernal. Lo cierto es que lo que comimos de la cocina típica húngara nos gustó mucho.

10 Cruzar los puentes

El Danubio vertebra Budapest o, más bien, lo que hace es dividir la ciudad de Buda y la de Pest. Para unir ambas orillas del río hay hasta 10 puentes que pueden sobrepasar los 500 metros de longitudo – el Danubio es muy ancho –, siendo el más célebre de todos ellos el Puente de las Cadenas – ese con leones de piedra – aunque a mi juicio no es el más bonito. Para mí el puente más bonito de Budapest es el de la Libertad, que sale desde el Mercado Central y llega hasta el Hotel Géllert.

Para daros algunos datos de estos puentes, deciros que el Puente de las Cadenas es el más antiguo de la ciudad y se inauguró en el año 1840. Antes de este puente las ciudades de Buda y Pest – que eran independientes – estaban unidas por un puente de barcas, esto es, un puente flotante hecho en madera que estaba constituido por distintas embarcaciones dispuestas en modo de hilera y que en su parte superior permitían el paso de vehículos y personas. Este puente, a finales de verano, tenía que desmontarse para no dar problemas por la crecida del río y no volvía a montarse hasta la primavera estando, por lo tanto, aisladas las dos ciudades durante todo el invierno.

A finales de la Segunda Guerra mundial el puente fue destruido por el ejército alemán para frenar el avance de las tropas soviéticas y tuvo que ser reconstruido, coincidiendo su re-inauguración el año 1949 con el centenario de su inauguración – a los húngaros parece que les va mucho eso de celebrar aniversarios…

Cruzar este puente te va a llevar un buen rato, ya no solo por su longitud sino porque posiblemente te pares cada pocos metros a hacer fotos, y no es de extrañar porque aunque para mí no sea el más bonito sí que es de una belleza indiscutible. Disfrútalo a paso lento y tantas veces como puedas.

El segundo puente del que te quiero hablar un poco más es el conocido como Puente de la Libertad, inaugurado el año 1896 con el nombre de puente Francisco José en honor al emperador Francisco José I de Austria. Este puente tiene una longitud de más de 300 metros y esta hecho en hierro fundido y vas a ver allí una de las imágenes más típicas de la ciudad: el tranvía amarillo circulando.

Y si puede que este puente sea mi favorito tal vez se deba a esa imagen de el color esmeralda grisáceo pintado por el amarillo chillón de los tranvías de la ciudad. Es más, desde la Colina Gellért vas a tener una de las imágenes más icónicas de toda la ciudad, o más que icónica, más bonitas a ojos de la que escribe.

Otro de los puentes de Budapest que debes etener en cuenta es el de Elisabeth, que se encuentra en la parte más estrecha del Danubio y que fue inaugurado el año 1964, hecho que se percibe fácilmente ya que su estética es mucho más moderna, aunque originalmente el puente era de estilo ecléctico pero fue destruido durante la Segunda Guerra Mundial, de modo que fue reconstruido en estilo modernista y sin ningún tipo de decoración, siendo el único puente de Budapest que no fue reconstruido en su forma original después de la Segunda Guerra Mundial.

11 Visitar el Parlamento

El Parlamento de Budapest es uno de los edificios más espectaculares de Europa. En estilo neogótico, este edificio llega hasta los 96 metros de altura, otra vez el número 96, así que ya va siendo hora que os cuente la historia. Si el 96 es tan importante en la arquitectura de la capital húngara se debe a una razón simple pero bastante significativa: hace referencia al origen y milenio de la nación húngara, esto es, a los años 896 y 1896 respectivamente.

Para daros algunos datos generales sobre el lugar, deciros que tiene una fachada de 268 metros de largo y que el edificio está inspirado en el Palacio de Wstminster de Londres. También su cúpula está inspirada en otra obra significativa de la arquitectura, la cúpula de Santa Maria del Fiore de Florencia ideada por Brunelleschi.

Si te fijas, su parte exterior es totalmente simétrica, y así también lo es su parte interior, teniendo una sala de sesiones en cada una de las alas. Tu accederás a una de esas alas pero en la que no se reúnen los parlamentarios en la actualidad, la actividad se política se desarrolla en el ala contraria. Lo que si verás ahí será, y bajo la cúpula de la gran sala central, las joyas de la coronación de los reyes de Hungría con la famosa Corona de San Esteban entre otras joyas de renombre.

El edificio en su parte exterior es impresionante, pero es que cuando accedes a su interior la cantidad de elementos decorativos que hay llegan a abrumarte. No puedo quitarme de la cabeza, dos años después de haber pasado por allí, esos colores rojos y dorados tan penetrantes que casi llegaron a marearme, con todas las luces amarillas y el ambiente pomposo que desprendía el edificio. Cabe decir que es impresionante, sí, pero a mí me parece que donde se reúnen los representantes del pueblo la cosa debería ser distinta, que el pueblo eso no es. Por sus Parlamentos los conocerás.

La visita que haces al Parlamento es guiada y en español, dura casi una hora y para acceder debes estar un rato antes con el fin de reunirte al resto del grupo – numeroso – que formará parte de la expedición. Las entradas yo te recomiendo que las compres directamente en la web del Parlamento ya que otros canales suelen inflar el precio cuando éste es de unos 7 euros – nada barato para ser Hungría.

Debes saber que al finalizar la visita accedes a una sala-museo que repasa la historia del país, así que guarda algunos minutos – bastantes – para recorrerla aunque en nuestro caso tuvimos que hacerlo rápido porque el edificio cerraba sus puertas y nos echaron de allí a malas maneras.

12 Subir hasta el Castillo

Obviamente ésta es otra de las cosas que no puedes pasar por alto cuando viajes a Budapest, y es ir otra vez a Buda – en el caso que te encuentres como nosotros en Pest -, cruzar alguno de sus puentes – principalmente será el de las Cadenas – y subir a pie hasta el Castillo de Buda. Y sí, te estoy diciendo todo el rato que vayas a pie, pero es que no hay mejor manera de visitar los lugares que pateándolos.

El castillo nace en el s. XIV y lo hace en estilo tardogótico – del que queda nada – para ser después totalmente reconstruido en el s. XVIII en estilo tardobarroco a gusto de los Habsburgo, pomposo a no poder más – #pandeoroeverywhere -, tan pomposo como era la dinastía que dominó media Europa por aquellos años. Después de esto el edificio fue ampliado en el siglo XIX para convertirse así en una de las residencias reales más extensas y monumentales de Europa.

Tras la Segunda Guerra Mundial, y durante el Sitio de Budapest, el castillo fue seriamente dañado hasta llegar casi a la ruina. El gobierno comunista posterior empezó a reconstruir el monumento en une estilo neoclásico bastante parco eliminando todas las referencias a la monarquía habsbúrguica de las decoraciones exteriores. Por lo que respecta a su interior los aposentos reales fueron convertidos en grandes salas de exposiciones y el castillo pasó de ser residencia real a sede de la Galería Nacional Húngara o el Museo de Historia de Budapest. Pues ya me parece bien que las habitaciones de los reyes se conviertan en salas de museo para el pueblo.

Los alrededores del castillo una mañana de enero.

En la actualidad, y como os acabo de explicar, el castillo es un edificio emblemático que está dedicado a albergar algunos de los museos de la ciudad. Nosotros no los visitamos porque las colecciones no nos interesaban y aunque el precio de entrada no era demasiado alto no nos apetecía visitarlos.

Desde su exterior las vistas de Budapest son también increíbles, teniendo una perspectiva brutal del Parlamento y el Danubio, además de los puentes que cruzan la ciudad. Nosotros subimos a castillo un día frío y gris pero eso no le quitó belleza a las vistas que había frente a nosotros, casi diría que me gustó mucho más así.

Otra de las cosas que debes tener en cuenta es que, aunque escasos, todavía son algunos los restos medievales del castillo que puedes encontrar en Buda, con la Torre conocida como Buda y cerca de a cual se encuentra todavía una puerta medieval que da paso a la ciudadela que, como sucede en Praga, es una fortificación enorme aunque tiene poco de medieval por todo lo que os he contado más arriba.

13 Visitar la Gran Sinagoga

Otro de los imprescindibles de la ciudad, y la que es la sinagoga más grande de Eurasia y la segunda más grande del mundo – Patrimonio de la Humanidad también, como no podía ser de otro modo. Inaugurada en el año 1859, es uno de los símbolos de la capital de Hungría.

La sinagoga, construida en estilo neomórisco, inspirado en los templos del norte de áfrica y también de la España morisca, sobre todo por la Alhambra, el arquitecto Ludwig Förster quiso construir un edificio que fuese claramente identificable como judío utilizando así “formas arquitectónicas identificables con grupos étnicos afines al pueblo israelita”. Su interior tiene capacidad para 2.964 asientos de los cuales 1.472 son para mujeres en la galería superior y 1.492 para hombres en la sala principal – no vayamos a sentarnos todos juntos…

La entrada a la Sinagoga son 10 euros – más o menos – al cambio y se compra en la misma puerta del templo. La visita que haces a la Sinagoga es guiada y para tal fin debes acercarte al banco que hay con la bandera del país en el que se habla la lengua en la que quieres que te hagan la explicación, aunque que yo te dé estos datos es irrelevante porque eso te lo dicen allí mismo.

La historia judía en Budapest es similar a la historia judía en toda Europa, siendo Hungría el país con una mayor comunidad judía en el pasado. En Budapest, en a primera mitad del s. XX, la comunidad judía suponía un 23% del total de la ciudad, pero esto cambió a lo largo de los años con el aumento de los gobiernos de ultraderecha que empezaron a perpetrar matanzas de judíos. La comunidad hebrea de Budapest fue convertida en gueto por el Partido de la Cruz Flechada en el año 1944, un partido fascista, pro-alemán y antisemita, muy semejante al partido nazi alemán – su símbolo es casi un homenaje al partido de Hitler – y cuyo presidente, Ferenc Sazálasi, gobernó Hungría durante los meses finales de la Segunda Guerra Mundial.

Hay dos cosas curiosas de esta sinagoga que debes saber. Una de ellas es el órgano que hay tras el altar, la otra que el cementerio se encuentra al lado del templo, y esto no lo permite la tradición judía. Lo primero es raro porque en las Sinagogas no puede haber instrumentos musicales pero éste, al encontrarse tras el altar, pues técnicamente no está dentro del templo. Lo segundo se debe a que tras la creación del Gueto de Budapest fueron muchas las muertes que se sucedieron en poco tiempo así que se tuvo la necesidad urgente de enterrar a los cadáveres en algún lugar dentro de los muros del gueto y ese lugar fue el jardín trasero del que se conoce como Templo de los Héroes.

El Árbol de la Vida

Además de la visita al templo, que harás primero como ya te he dicho de manera guiada, tendrás tiempo libre para visitar el memorial del Holocausto situado en el patio trasero y también el Museo Judío. Debes saber, además, que para visitar la Sinagoga debes seguir un estricto código de vestimenta que en invierno no supone ningún tipo de problema ya que vas tapada pero en verano si quieres entrar tienes que cubrirte los hombros y las piernas – yo no soy partidaria de cubrirme el cuerpo en ningún templo, lo siento – y si eres hombre deberás llevar durante toda la visita una kipá que te dan allí mismo.

Más información sobre la historia judía en Budapest aquí https://encyclopedia.ushmm.org/content/es/article/budapest y sobre la Gran Sinangoga en su web oficial http://www.dohany-zsinagoga.hu/ .

14 Visitar el Mercado Central

Este merado, antaño auténtico, en la actualidad está muy turiirstificado y quedan pocos puestos tradicionales habiendo sido sustituidos por muchas tiendas de souvenirs. Aún así puedes encontrar a lugareños comprando y puedes hacerte con algún producto típico, eso sí, hablan estrictamente húngaro y serán en esos puestos donde estará lo verdadero del país. Yo allí compre pimentón picante por poco dinero, aunque la señora que me lo vendió se me hizo la longuis con el cambio y me dio de menos – serían como unos 10 cts de euro.

En este mercado vas a encontrar también mucha oferta gastronómica, en la planta superior del mismo, y es allí donde nosotros comimos gulash entre otras cosas a un precio no demasiado excesivo, unos 8€ los dos. Ahora bien, escoge con cuidado la oferta porque hay algunos precios que están bastante inflados. Si quieres, por otra parte, probar la comida típica de la ciudad, en los alrededores del mercado hay bastantes restaurantes que tienen platos a un precio mucho más económico.

Para mí este lugar es bonito aunque muy enfocado al turismo por lo que pierde parte de la gracia. Aún así, te recomiendo que lo visites.

15 Visitar la Universidad Corvinus

Una de las cosas que hacemos siempre que viajamos es meternos en las universidades. Lo hemos hecho en Córdoba, también en Berlín, en Praga… Los edificios históricos suelen ser interesantes y además siempre son buenos lugares para tomar un café a buen precio e incluso comer. En nuestro caso, y después de la visita al Mercado Central, acabamos en este edifico que es su vecino y tomamos el café allí.

El edifico está incluido también en la lista de Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. De estilo neorenacentista se encuentra a orillas del Danubio su fachada es impresionante y su interior tampoco está nada mal.

16 Avenida Andrássy

La Avenida Andrássy es la más conocida de toda la ciudad. Se encuentra en Pest y es la calle principal de la capital de Hungría. En ella están los edificios más apoteósicos, también el Teatro de la Ópera y además esta inscrita en la lista de Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO desde el año 2002 incluida en el conjunto del centro histórico de la ciudad el castillo de Buda.

La arquitectura que predomina es la conformada por palacios neorenacentistas eclécticos. Sus fachadas exteriores son espectaculares, y dicen que en su interior los edificios son también una pasada aunque nosotros no pudimos acceder a ninguno. Supongo que en algún tour guiado por la ciudad o cosas así vas a poder hacerlo.

Al final de esta avenida se encuentra la Plaza de los Héroes, otro de los imprescindibles de Budapest y por debajo de ella circula el Metropolitano del Milenio, el que ya os he dicho que es el primer metro continental europeo, inaugurado en el año 1896 – otra vez el 96, ya sabes porqué.

17 Plaza de los Héroes

Terminemos entonces la caminata por esta larga avenida en la Plaza de los Héroes, uno de los lugares más importantes de todo Budapest. En esta plaza, rodeada por los edificios que albergan el Museo de Bellas Artes y el Palacio de Arte, tiene en su parte central un conjunto escultórico conocido como Memorial del Milenio que alberga estatuas de los líderes de las siete tribus magiares que fundaron la nación así como otros personajes importantes en el desarrollo histórico-militar del país.

Este monumento empezó a construirse para la celebración del milenio de Hungría, esto es – y como ya os habréis aprendido – el año 1896, pero no se terminó hasta el año 1929. Nuestro paso por este lugar fue durante la noche, antes de meternos en los baños y después de haber visitado uno de los sitios más chulos de toda la ciudad, y que es el que ahora os voy a enseñar.

18 El Castillo de Vajdahunyad

Os he dicho antes que en Budapest queda poco de medieval, pero de neogótico y neorománico la ciudad está llena. Uno de los casos más curiosos y chulos de toda la ciudad es este castillo que se encuentra junto a los baños Széchenyi, la Plaza de los Héroes y el Parque de la Ciudad. Atendiendo a que podríamos decir que todo lo que parece de una época remota es artificial, entre toda esa artificialidad y teniendo en cuenta mis gustos personales, el Castillo de Vajdahunyad es uno de los lugares que no debes perderte en Budapest.

Este castillo es en parte copia del castillo de Hunyad en Transilvania – esta parte de la actual Rumanía formaba en el pasado parte del Imperio Húngaro – en el que dicen estuvo encerrado durante 7 años el conocidísimo Vlad el Empalador – Drácula, para entendernos mejor.

El castillo en cuestión se construyó inicialmente en madera y cartón para la exposición que tuvo lugar en el año 1896 – cómo no –, pero fue tal el éxito que se decidió construirlo en piedra para hacerlo casi eterno.

Como lugares interesantes hay en la actualidad el Museo de Agricultura pero si te gusta la estética medieval y gótica este lugar te va a encantar. Aún sabiendo que aquello tiene poco menos de 100 años nosotros nos quedamos alucinando y nos pasamos allí un buen rato admirando todas las construcciones que conforman el espacio.

Además de esto el castillo está rodeado de lagos que en invierno – y es así como nosotros nos los encontramos – están totalmente congelados por lo que se usan como pistas de patinaje. En verano puedes recorrerlos en barca si te apetece.

19 Probar el Kürtöskalács

Budapest sí es la ciudad para probar este dulce y no Praga, que el dulce no es típico de la República Checa sino de Hungría, y los habitantes de Praga están hasta las narices de que al gente vaya comiendo esta especie de macarrón gigante porque queda bien en las fotos si lo rellenas de helado.

Dicho esto, son muchos los establecimientos en los que venden este dulce, y a un precio que nada tiene que ver con los precios que te hacen pagar en la capital de la República Checa. Nosotros lo tomamos en un puestecito de la Plaza Blaha Lujza, en el centro de la ciudad y cerca del café New York, ya que allí tenían un precio bastante razonable, 299 florines, que al cambio no llegan a 1 euro. Si escogimos este puesto fue porque vimos que estaba en una zona no muy turística, en la boca del metro, y que quienes lo compraban eran gentes de allí. Y sí, el dulce está bastante bueno la verdad.

20 Ir a alguno de sus cafés

Y como de dulces va la cosa otra cosa que no puedes pasar por alto es visitar alguno de sus numerosos cafés y probar las tartas que allí te ofrecen. El café más conocido de toda la ciudad de Budapest y que te he mencionado en el párrafo superior es el New York, el que dicen es el café más bonito del mundo y al que a punto estuvimos de ir a tomar algo pero las opiniones y los precios nos echaron par atrás.

En realidad si el café hubiese sido excelente igual no me hubiese importado pagar los 7 e incluso 10 euros que cuesta un café allí. Bueno, miento, tuve una crisis existencial creyendo que ir al Café New York valía lo que cuesta pero después volvió a mí la sensatez y me dije ¿Eres estúpida o qué? Ningún café debería valer eso. Y menos en Budapest. Así que no fuimos a tomar el café al New York, pero sí pasamos por allí para ver la pompa y circunstancia que lo rodea y deslumbrarnos con los brillos de las lámparas venecianas y toda la decoración exagerada del lugar.

Donde si fuimos a tomar el café fue al hotel Astoria. Habiendo pasado por allí delante unas cuantas veces, yo me fijé en que había una oferta por las tardes para merendar bastante tentadora, así que el día de mi cumpleaños decidí ir a celebrarlo allí. En el Astoria tiene todos los días, de las 15:00 h a las 17:00 h una oferta que incluye capuccino+pastel por 890 florines, esto es, no llega a los 3€. Además puedes escoger el que te dé la gana y el local, no siendo tan rimbobante como el New York, tiene también su encanto. Así que si quieres probar eso de los cafés de Budapest – ojalá haber podido hacer lo mismo que en Praga – ésta es una buena opción.

21 Pasear a orillas del Danubio

Supongo que esto no hace falta que te lo recomiende pero por si las moscas aquí lo dejo escrito. Pero debes pasear a una y otra orilla del Danubio para ver Buda desde Pest y Pest desde Buda.

Pest desde Buda
Buda desde Pest

En este paseo puedes encontrarte con uno de los lugares imprescindibles de la ciudad, muy cerca del Parlamento, y que es El monumento de los Zapatos y que tiene relación con lo que te he contado en el apartado de la Gran Sinagoga y la irrupción en la ciudad de la Cruz Flechada. Durante un par de años estos energúmenos se dedicaron a matar judíos hasta que un día decidieron reunir a 20.000 judíos a orillas del Danubio, los fusilaron y lanzaron sus cuerpos al agua. Estos zapatos quieren recordar esa masacre y hacer memoria de lo asqueroso que puede llegar a ser el ser humano.

22 Memento Park

Y de los nazis pasamos al régimen comunista que también hizo de las suyas en la capital de Hungría – y todo el país.

En este museo a las afueras de la ciudad encuentras las estatuas de la época comunista que retiraron de Budapest. Decidireon entonces recogerlas en un mismo lugar y hacerlo museo en el año 1993.

Entre las estatuas encuentras una escultura cubista de Marx y Engels – malditos dictadores lo que han hecho con estos dos grandes pensadores que los tienen condenados al ostracismo intelectual –, otras que representan a las Brigadas Internacionales que lucharon en la Guerra Civil española, otras que si tiene que ver con el régimen comunista como unas botas de Stallin que formaban parte de una estatua que imagino enorme a tenor del tamaño del calzado que queda y que tumbaron las gentes tras la caída del comunismo.

Nuestro paso por allí es bastante curioso ya que llegar hasta este lugar no es rápido porque tienes que coger metro y bus haciendo algún que otro transbordo. Lo mejor del viaje es que tenemos que cruzar el Danubio debajo del agua, porque el metro en Budapest cruza el río y ni te das cuenta hasta llegar a la parte de Buda, para más tarde llegar a una estación principal donde tomar un bus e ir a parar a las afueras de la ciudad.

Tras este largo viaje en transporte público llegas a una especie de páramo con casas unifamiliares y talleres de coche, un lugar que es casi Hungría profunda. Tras caminar un poco – no sin previa ayuda de la aplicación móvil con el mapa – llegamos a las puertas del Memento Park. Imaginaos la situación: una fría mañana de enero, en las afueras de una ciudad como Budapest. Una fina capa de nieve de tintes grisáceos cubre el suelo del lugar. Nosotros dos, la vendedora de entradas – unos 5 euros por cabeza cuando nosotros vamos, ahora creo que es más caro – y todo ese espacio desangelado lleno de esculturas inconexas en el horizonte.

Suena el himno de la URSS en una radio de la época. Un Trabant espera a que los visitantes se hagan fotos a su lado. La tienda de souvenirs bautizada como “tienda roja”, y como sucede en Berlín con el muro, es la viva imagen de que el régimen comunista fracasó, o que el verdadero comunismo nunca se puso en marcha. Ese debate político lo dejo para los fueros internos de Los Pobres También Viajamos, que no me da tiempo a explayarme – ni es el lugar – aquí.

La visita a este lugar es interesante, esto te lo digo yo que me interesan estos temas. Otros te dirán que no vale al pena perder una mañana, ni el tiempo ni el dinero en desplazarte hasta allí. Bueno, a gustos colores. A mí me parece interesante y por eso te animo a que tú lo visites también.

Tienes más información sobre este lugar en su página web oficial http://www.mementopark.hu/?lang=en.

23 Asomarte a los portales

Cuanto te hablaba de la avenida Andrássy te decía que me hubiese gustado poder meterme en alguno de esos edificios y ver lo maravillosos que son en su interior, pero eso no pude hacerlo. Lo que sí hice fue meterme en algunos portales y patios interiores que cruzaban calles y tenían las puertas abiertas – a veces hago eso, lo siento – así que si eres tan curiosa como yo y te apetece ver un poco más de la arquitectura de la ciudad pero en su parte privada no tienes más que asomarte y disfrutar.

Y hasta aquí todo lo que te recomiendo que hagas en Budapest durante 4 o 5 días. No tienes que seguir esto al pie de la letra, no es una lista definitiva, pero sí es una lista que puede servirte de inspiración, y espero que así sea. Disfruta de una de las ciudades más bonitas de Europa.

Mapa

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Una filósofa y un politólogo que amana viajar y lo hacen a pesar de los pocos recursos que tienen. Viajar es más que un capricho, viajar es una necesidad y aquellos que somos pobres en un primer mundo de opulencias tenemos derecho también a realizar nuestros sueños viajeros. Porque los pobres también viajamos.
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